Lunes. 26 de Julio de 1813.

29º día de Sitio.

                         El Teniente Coronel Fraser desconfía de la protección que proporciona el Urumea a las baterías del Chofre. Tiene la sospecha de que en marea baja puede ser vadeable, lo que pondría en gran peligro a todo el arsenal artillero en caso de que realizase una salida la guarnición francesa. El Capitán de artillería Alexander Macdonald se presenta voluntario para hacer una comprobación "in situ". La noche del 25 al 26 vadea el rio, llegando hasta las rocas de la parte baja de la batería del Mirador. Hay que tomar medidas urgentes, ya que todo el entramado artillero se encuentra protegido únicamente por una débil brigada portuguesa. Por ese motivo se refuerzan las guardias.

                        Desde la ciudad se ve como zarpan 36 chalupas hacia la escuadra de bloqueo desde los arenales del Chofre. En ellos se transportan parte de los heridos del ataque del día anterior.

                         Sobre la moral de los atacantes tras el fracasado intento del día 25, Gleig en su obra nos la describe de la siguiente forma:

                       "No hay deber más fatigoso y desagradable para un soldado que un asedio. No es que le falten motivos de emoción, que, por el contrario, los hay a cada momento, sino que le atan totalmente a un punto, le rompen constantemente sus horas de descanso y queda expuesto tan permanentemente al peligro, sin ninguna posibilidad de honor y gloria, que no debe extrañar el asentimiento absoluto de odio que generalmente prevalece, al menos entre la tropa, hacia la guarnición que cumple con su deber patrio defendiendo el otro lado. En esta ocasión, encontré mucho de este sentimiento entre las brigadas extendidas frente a San Sebastián. No podían perdonar a la guarnición francesa, que ya llevaba seis semanas manteniéndoseles en jaque; y ardían de ganas de borrar la deshonra del primer rechazo; poca mención se hacía de dar cuartel al enemigo, cuando se hablaba del próximo asalto".

                        La actividad artillera ese día es muy escasa. Solamente se dispara algún proyectil que cae sobre la zona de las casas ya incendiadas. En el Despacho del General Rey al Ministerio de la Guerra del día 26, este indica que la ciudad ha sufrido mucho por el incendio que aún no han podido sofocar. Menciona que la mayor parte de las casas están afectadas por los bombardeos y casi la mitad de las existentes en la ciudad destruidas por el incendio. Si se levantase viento, toda la ciudad sucumbiría por las llamas.

Sobre la acuarela de Hierro, me he permitido efectuar unas modificaciones
de lo que sería nuestro San Sebastián en ese momento.

                          Por la tarde las munición comienzan a ser embarcadas en los transportes que están en el puerto de Pasajes, y se prepara todo para comenzar a retirar los cañones por la noche, de la forma más sigilosa posible, para que la guarnición francesa no se diera cuenta de que se debilitaba considerablemente el potencial de las fuerzas sitiadoras.

                       Rey en su Despacho del 26 indica también que los británicos envían un parlamentario para preguntar por el estado de los prisioneros (Pág. desplegable de la derecha)

                         La batería de brecha recibe nuevas instrucciones sobre sus objetivos. Hay orden de abrir una tercera brecha y derribar las paredes del bastión de Santiago. Los artilleros se encuentran más tranquilos al haberse destinado una guardia de 800 hombres permanentemente de guardia en las baterías, tras el descubrimiento de la vulnerabilidad de las posiciones ante una posible salida francesa.

Martes. 27 de Julio de 1813.

30º día de Sitio.

                      A las 4 de la mañana, antes de que el día amanezca, el General Rey inspecciona en persona los puestos avanzados, acompañado de su segundo en el mando De Songeon que está al mando directo de los mismos. Desde estas posiciones ven movimiento de chalupas entre las baterías de las dunas del Chofre y la escuadra de bloqueo, además de percatarse de que las bocas de los amenazantes cañones aliados ya no asoman por entre los gaviones. Tras el desastre sufrido por el enemigo dos días atrás... ¿Será posible que estén levantando el asedio?. Después inspeccionó los puestos más avanzados del hornabeque y revellín, comprobando que los trabajos del enemigo se habían paralizado lo mismo que el continuo hostigamiento que sufrían estas posiciones.

                         No pudieron hacer grandes destrozos en las obras enemigas por la falta de la herramienta necesarias y la premura de tiempo, ya que temían una enérgica y rápida reacción aliada que recuperaría para los sitiadores estas zonas. Tomaron prisioneros, según las fuentes británicas a 189 hombres (algunas fuentes la suben a 200), de los que tres eran oficiales pertenecientes a la Brigada Spry, que estaban de vigilancia bajo el mando del Mayor O'Halloran. Para que esto no volviera a ocurrir se dobló el número de vigías y patrullas en el cinturón de  fortificaciones levantadas en torno a las murallas, sobre todo en la parte izquierda de la paralela, la más cercana al reducto circular. En el resto de la trinchera apenas se movían patrullas, por miedo a ser sorprendidos.

 

                               Inmediatamente manda efectuar una salida contra las posiciones aliadas que detalla en el despacho oficial al Ministerio de la Guerra del día 27:

                            Esta salida que tomó por sorpresa las trincheras aliadas, había sido organizada por el General Rey para asegurarse que el repliegue aliado observado desde la ciudad, no era ninguna táctica para engañarles. También la aprovecharían para destruir las obras de aproche realizadas durante el primer asalto aliado, por lo que ordenó al Capitán Saint George hacer una descubierta con un destacamento de zapadores y obreros amparados por las dos columnas francesas (núm. 3).

                               La primera a las órdenes de De Luppé (núm. 1), estaba formada por dos compañías de cazadores de Montaña y una de fusileros del 62º, reforzada por zapadores. Salieron desde el hornabeque y atravesaron la paralela por su zona más cercana al barrio de San Martín, haciendo numerosos  prisioneros entre los portugueses que la defendían y no esperaban este ataque. La segunda columna que salió, formada por 150 hombres al mando de Blanchard (núm.2), logró expulsar a los ingleses del barrio de Santa Catalina.

  

 

                        Las baterías de la parte este del Urumea ya están desarmadas y sus cañones en el puerto de Pasajes preparados para ser embarcados en los buques de transporte.   

Miércoles. 28 de Julio de 1813.

31º día de Sitio.

                        El día amanece con un calor asfixiante, que mezclado con la altísima humedad ambiental hace que sea difícil sobrellevar el bochorno con las ropas pegadas a la piel por el sudor. En estas duras condiciones se procedía, en el puerto de Pasajes, a embarcar toda la artillería que aún permanecía en los muelles. Los trabajos van lentos, con un retraso considerable. Una orden manda zarpar a los transportes que estén cargados con el tren de artillería. Todo esto ocurre como consecuencia de la atmosfera de inquietud e inseguridad ante la posibilidad de que las tropas francesas, que presionan en la frontera, lleguen hasta San Sebastián y logren levantar el asedio. Si esto ocurriese, se apoderarían de todo el material bélico desplegado en la zona, por lo que el previsor Duque de Wellington no quiere arriesgarse.

                        En estos momentos se está desarrollando la batalla de Sorauren, también conocida como de los Pirineos. Los combates empezaron el día 25 de Julio, teniendo que replegarse las tropas aliadas desde sus posiciones avanzadas ante el empuje francés. Este repliegue continuará durante los días 26 y 27, hasta que, tras situar las unidades el 28 en un lugar más favorable, se logra detener la ofensiva y rechazarla el 29. El 1 de Agosto ambos ejércitos estarán situados en las mismas posiciones que el día 25, cuando empezó todo.

                        Este miércoles es embarcado en uno de los transportes el Capitán de Marina Taylor, rumbo a Gran Bretaña, para curarse de la amputación sufrida en una de sus piernas como consecuencia de la fractura sufrida por el golpe de un proyectil en la batería de brecha.

                          Las escasas piezas que se han dejado frente a San Sebastián mantienen un plan de fuego programado, encaminado sobre todo a impedir nuevas salidas de la guarnición. A pesar de su escaso número de cañones, cuentan con el apoyo de una compañía de la Real Artillería Montada, mandada por Webber-Smith, que se encuentra en Oyarzun.

                     A pesar de todas estas medidas, la guarnición francesa se encuentra envalentonada. El General rey ordenará una nueva salida contra la paralela en el transcurso de la noche del 28 al 29 de Julio.

Jueves. 29 de Julio de 1813.

32º día de Sitio.

                      En el puerto de Pasajes se sigue trabajando a marchas forzadas en el embarque de todo el tren artillero utilizado en el sitio. Las noticias que llegan desde el frente son muy preocupantes, sobre todo por la carencia de ellas. San Sebastián se encuentra prácticamente incomunicado con el Cuartel General. No se recibe ningún tipo de aclaración sobre la situación de los distintos frentes de los Pirineos.

                          El Teniente Coronel Fraser es uno de los encargados de supervisar toda la operación realizada en el puerto. En su carta fechada en Pasajes el día 29, nos describe unas escenas dramáticas, sobre todo por el embarque junto a los cañones, de cantidad de compañeros heridos.

                    La situación sanitaria de los heridos es lamentable. Se encuentran mal atendidos, sin remedios adecuados a sus heridas. Los oficiales de sanidad están desbordados. Estos detalles influían muy negativamente en la moral de los soldados, que veían el destino que sufrirían en caso de resultar heridos.

                       Por las prisas y la improvisación de los medios se producen algunos accidentes. En esta jornada se pierde un mortero en el puerto al hundirse con su embarcación.

                      De todas maneras, durante la jornada comienzan a llegar rumores favorables sobre el resultado de las acciones bélicas de esos días. Los mandos que están en San Sebastián reciben información directamente de Sir George Collier sobre la existencia de un convoy de cuatro mercantes que se encuentra en ruta, cargados con un nuevo tren de artillería.                 

                     En esta jornada Graham recibió la confirmación de la noticia del resultado positivo del combate de Sorauren, con la orden de proseguir los trabajos de sitio. A pesar de esta derrota francesa, Wellington no estimó conveniente penetrar todavía en suelo francés, ya que tenía a sus espaldas dos guarniciones que podían ser muy peligrosas. Antes de ollar suelo galo había que asegurarse estos dos enclaves, San Sebastián y Pamplona.

Viernes. 30 de Julio de 1813.

33º día de Sitio.

                    No hay datos.

Sábado. 31 de Julio de 1813.

34º día de Sitio.

                  En la noche entre el 31 y el 1 de Agosto, la guarnición francesa realiza una nueva salida, capturando una de las patrullas que a partir de la exitosa salida de los franceses del día 27, vigilaban las trincheras aliadas. Está unidad perdió quince hombres entre muertos y heridos según el General Gómez de Arteche.

                     Vemos como nuestros sufridos antepasados intentan mantener sus costumbres en medio de todo este desastre. Las campanas a que se refiere el oficial de artillería procedían sin duda de la Basílica de Santa María, que fue el templo que se utilizó más profusamente para celebrar las ceremonias religiosas. Su emplazamiento en la parte de la ciudad más protegida contra los efectos de la artillería por estar alejada de la zona de brechas, además de que la otra gran iglesia de la ciudad, la de San Vicente, se encontraba ocupada como hospital militar, hacían que fuese el lugar de reunión elegido por los donostiarras.

                            El General Graham se encuentra en su cuartel general de Oyarzun, desde donde sale a caballo para inspeccionar personalmente las posiciones. Con él ya han llegado las noticias totalmente confirmadas de la victoria en los Pirineos, una gran victoria pero a costa de un enorme número de bajas por ambos bandos. El sitio va a continuar, con mayor ímpetu que la primera parte.

                          Esta misma mañana, a pesar de la escuadra de bloqueo de Sir George Collier, varias embarcaciones procedentes de San Juan de Luz logran romper el bloqueo y llegar al puerto de San Sebastián. El General Rey lo señala en su despacho a Soult de fecha 7 de Julio.

                           Los trabajos para cargar el tren de artillería están casi completados. Es en este momento cuando llega la contraorden. El sitio se reanuda.

                           En los caminos que comunican los campamentos aliados con las baterías de sitio se producen numerosos accidentes. Los oficiales se quejan continuamente del mal estado en que se encuentran y la peligrosidad de los mismos. Fraser comenta algunos de los accidentes que se han producido. Algunas de las afirmaciones que hace hay que ponerlas en "cuarentena", ya que muchas veces Fraser peca de exagerado, como cuando subiendo a Ulía le afectó el mal de la alta montaña.

 

 

Domingo. 1 de Agosto de 1813.

35º día de Sitio.

                          Este día transcurrirá con escasa acción por ambas partes. Hay un detalle curioso recogido en la carta fechada en Pasajes el 1 de Agosto del Teniente Coronel Fraser, en el que describe un hecho, que aunque cotidiano, no deja de sorprendernos por las circunstancias en que se desarrolla.

 

 

Lunes. 2 de Agosto de 1813.

36º día de Sitio.

                          Durante el transcurso de la noche entre el 1 y el 2 de Agosto, los franceses efectúan una nueva salida, que les proporciona siete prisioneros entre los que destaca un sargento al que el General Rey interroga personalmente.

                       En este mismo despacho, Rey nos indica que la moral de las tropas bajo su mando es excelente. La actividad de los sitiadores, observada por los ojeadores franceses, es la siguiente:

  • En la zona de las dunas del Urumea y en el monte Ulía 5 piezas de artillería, de las que dos son obuses.
  • Están construyendo una nueva batería en la zona del Antiguo, pero sus progresos son muy lentos.
  • En las baterías del alto de San Bartolomé mantiene seis piezas de artillería de las que una es un obús.
  • Las trincheras que abren delante del frente de tierra de la ciudad progresan de manera muy rápida por tratarse de un terreno arenoso.

                         El general Rey se plantea dos acciones que al final son desestimadas. La primera consistiría en reunir un grupo de unos cien hombres que supieran nadar, y tras cruzar el Urumea clavar los cañones del enemigo. La segunda sería la de efectuar una nueva salida para destruir los avances en la construcción de las trincheras que se están extendiendo por el istmo. La primera opción es rechazada por peligrosa, y la segunda por el enorme coste en vidas que podría costar, sólo para producir unos daños que rápidamente serían reparados por el enemigo.

Plano realizado por el mismisimo General Rey de la zona de brechas, en el que sitúa las barricadas y las tropas que tienen que defenderlas.

                     En ese mismo despacho fechado el día dos, Rey enumera los trabajos defensivos que se están realizando por parte de sus tropas:

  • Se ha reparado la contraescarpa dañada por la explosión de la mina del acueducto de Morlans el día 25.
  • Se completan y mejoran las empalizadas del camino cubierto del frente de tierra, es decir, de la primera línea defensiva francesa.
  • Se comienzan a realizar varias contraminas, ante la sospecha de que el enemigo esté construyendo alguna.
  • Se reparan las empalizadas situadas en las brechas, que están sometidas constantemente al fuego del enemigo.
  • Se terminan las barricadas en las calles interiores de la villa.               

                      Las barricadas que se realizan en las calles que rodean las brechas son impresionantes. Están levantadas con barriles llenos de tierra, adoquines extraídos del suelo, y materiales aprovechados de las casas destruidas. La altura de estos muros rondaba los 5 metros, y se veían reforzados por un foso de entre 3 o 4 metros excavado delante. Solamente permitían el paso de un hombre a la vez, que sería inmediatamente abatido por los disparos procedentes de las paredes de las casas colindantes, aspilleradas para tal efecto.

                        Rey también detalla la situación de los hospitales. En ellos se encuentran atendidos 480 heridos entre soldados franceses y prisioneros aliados. Incluso, el número de heridos es muy superior, tal y como indica, ya que muchas heridas leves son curadas "in situ".

                        Desde el castillo estiman que la escuadra de bloqueo está compuesta esas fechas por no menos de nueve velas, cuatro transportes y doce peniches. Este día la "Sourveillante" parte para Gran Bretaña, ausentándose momentáneamente del bloqueo.

                     Dickson y Fraser inspeccionan las posiciones luso británicas frente a la plaza. Todo está correctamente, aunque se dan cuenta de que los franceses han aumentado el número de sus empalizadas sobre la trinchera, aunque no dan excesiva importancia a este detalle.

Martes. 3 de Agosto de 1813.

37º día de Sitio.

                         El fuego artillero de las baterías contra las defensas de la ciudad es bastante intenso durante la mañana, disminuyendo por la tarde. Principalmente se centra esta jornada en el puerto de la ciudad, buscando dañar los buques que se encuentran amarrados en sus muelles. Uno de los proyectiles logró desarbolar a la trincadura "La Biscaye", pero sus daños serían fácilmente reparados.

                      Otro de los objetivos se centra sobre los trabajadores que están mejorando las defensas. Contra ellos se utilizan proyectiles huecos, rellenos de metralla, que son disparados principalmente desde las baterías del alto de San Bartolomé, aunque alguna de ellas afectan con su letal carga otras zonas de la ciudad.

                      En el puerto de Pasajes se siguen embarcando a los heridos en el asalto del día 25 en uno de los transportes que se encuentra amarrado en los muelles. A consecuencia de la falta de viento reinante, el navío tuvo grandes dificultades para salir por la estrecha entrada del puerto. Gracias a la pericia de Bloye, su capitán, logró finalmente hacerse a la mar.

Miércoles. 4 de Agosto de 1813.

38º día de Sitio.

                     Amanece un día climatológicamente perfecto. Típico de un Agosto donostiarra. Ambos bandos continúan con sus trabajos, unos para impedir la toma de la ciudad, otros para conquistarla.

                         Los franceses siguen reforzando sus barricadas y empalizadas. Gleig comenta que la artillería británica se vio obligada a cesar su fuego, hasta ese momento muy intenso, al comprobarse desde las baterías que los defensores estaban empleando a los prisioneros en esos trabajos tan expuestos. Sus guerreras rojas eran claramente visibles desde esas posiciones. También observaron claramente la colocación de varios "caballos de Frisia" en las partes más expuestas de las brechas.

                      Por parte británica se sigue desembarcando todo el material que llega al puerto de Pasajes, aunque la parte más importante aún no ha llegado. Para estas labores tan duras son contratadas las mujeres del puerto, las conocidas bateleras. Son mujeres con largas trenzas que llaman mucho la atención de los oficiales británicos, sobre todo por su robustez y aguante. Se las contrata por un dólar diario de sueldo más las raciones diarias de comida. Debía estar muy bien pagado el trabajo, porque se mostraban ansiosas por volver a ser contratadas.

                          En previsión de la llegada del convoy principal, Wellington estima necesarios los trabajos de acondicionamiento de las carretera que une Pasajes con San Sebastián, y la construcción de una grúa en el puerto para facilitar el desembarco de las piezas de artillería. Al Mariscal también se le ha prometido el refuerzo de embarcaciones menores en la rada del puerto, para facilitar los trabajos. Las que se están usando están sufriendo muchos destrozos y varias se han hundido. Los propietarios de las mismas serán indemnizados convenientemente por el valor de las naves.

                     Wellington sigue intentando que el Almirantazgo refuerce las unidades de bloqueo de la plaza. Quiere cortar completamente las comunicaciones de los sitiados con Francia.

                      Los cañones aliados que están siendo empleados están muy deteriorados como consecuencia de la intensidad de fuego a que han estado sometidos, durante la preparación del asalto fallido del 25 de Julio. Tienen sus bocas y oídos muy dilatados. El tener la boca dilatada originaba un detrimento considerable en cuanto a la puntería de la pieza. Si al oído le pasaba lo mismo, el cañón realizaba dos detonaciones en el disparo. La primera vertical, desde ese orificio, con el consiguiente peligro para sus servidores y pérdida de potencia en la segunda, el disparo principal. Por este motivo, los aliados siguen esperando el prometido tren artillero nuevo.

                         El Teniente Coronel Fraser en su carta escrita en Pasajes el 4 de Agosto, nos relata un hecho del todo curioso. En las trincheras del frente se permitía el paso de civiles, donostiarras que habían abandonado la plaza antes de comenzar el sitio, y que a una distancia de unos 150 metros, se comunicaban a gritos con los civiles que quedaban dentro de sus muros.

                      La ciudad empieza a notar seriamente los efectos de las bombas aliadas. Muchos proyectiles no salen correctamente dirigidos e impactan contra los edificios. José Ignacio Sagasti, un personaje influyente en la ciudad que había salido cuando lo permitieron los franceses, escribe desde su forzado exilio en Usúrbil:

                        "(...) "Vamos a lo que importa más en el día: El Lord después de haber cascado medianamente a Soult en Navarra e impedídole a este su proyecto de introducir refuerzos y víveres en Pamplona se ha introducido en el imperio, ha establecido su quartel gral en Zara, desde donde piensa continuar su marcha adelante, de acuerdo con los cuerpos que pasan por Irún en donde se han hechado ya puentes de barcas. El amigo Romero y yo tratamos de seguir al Exercito en ....... sendas mulas para ver que tal les prueva a los Señores guripleyes el hospedage que tienen que dar y que gesto hacen al tiempo de pedir raciones. Mientras esto sucede, la plaza de San Sebastián se resiste y nuestras casas van cayendo una por una sin compasión ninguna y sin que produzca efecto ni daño al enemigo este destrozo. Hasta ochenta y tantas casas tiene vuestra merced arruinadas y quemadas dentro del casco del pueblo a resulta de las granadas que disparan los sitiadores y la aparienzia es que no quede una en pié, con lo que quedaremos aviados los que tenemos allí dentro la mayor parte de nuestra fortuna"..

Jueves. 5 de Agosto de 1813.

39º día de Sitio.

                       El fuego de la artillería sitiadora hostigando a los defensores es intenso durante el día.

                           El Teniente Coronel Fraser recibe la confirmación de que el asedio se va a reanudar con la máxima intensidad directamente del Coronel Dickson.

                      Los refuerzos artilleros van llegando desde todos los puntos. Los observadores franceses se dan cuenta desde sus posiciones en la plaza de la llegada de un convoy, a las cuatro de la tarde, desde la carretera de Hernani. Según los oteadores estaba compuesto por no menos de veinte cañones, seis obuses y cinco carros de municiones. También se percatan de la gran actividad que desarrollan los trabajadores en el alto de San Bartolomé, para mejorar las baterías y las vías de comunicaciones. También observan cómo se están reforzando las posiciones cercanas al convento de San Francisco, al otro lado del Urumea. La actividad de los sitiadores es enorme. Se confeccionan gran cantidad de gaviones y fajinas.

Viernes. 6 de Agosto de 1813.

40º día de Sitio.

                           La intensidad del fuego artillero es algo más débil que la del día anterior, o al manos así les parece a las tropas que están acampadas en los alrededores de San Sebastián. Es el caso del joven teniente español Matías De Lamadrid, que hoy escucha menos cañonazos que el día anterior, según nos detalla en su biografía. El sonido de las baterías disparando era en verdad impresionante, si tenemos en cuenta que, en función de la dirección del viento, era percibido incluso en San Juan de Luz.

                            Los trabajos se centran en agrandar la batería situada a la izquierda de la de brecha, sin duda, tal y como indica el General Rey en su despacho del día 2 de Agosto a Soult, con el objeto de batir las torres y muros restantes en la Zurriola, la falsa braga frente al hornabeque y el bastión de Santiago (Los franceses lo denominaban San Juan, y con ese nombre está mencionado en todos los documentos de las tropas imperiales).

                           El tipo de proyectil que se está utilizando ahora por las baterías aliadas es del tipo hueco, rellenado con balas. Tenían un sistema de explosión controlada por medio de una mecha. Si uno de estos proyectiles explosionaba encima de un grupo de soldados, estos se veían expuestos a una lluvia mortal de metralla. Los franceses se quejaban continuamente del daño que estos disparos estaban ocasionando entre sus filas.

                         Mientras los aliados siguen mejorando sus posiciones, los franceses también refuerzan sus defensas. Los trabajos que realizan se pueden enumerar:

  • Se ha construido una empalizada en la apertura existente entre el Caballero, la línea de contraguardia y el camino cubierto de las posiciones más adelantadas.
  • Se han mejorado las defensas existentes en la segunda línea defensiva, tras las brechas.
  • Se ha reforzado el armamento de diversas posiciones defensivas.

                    La guarnición trabaja con gran actividad, y según indica el General Rey en su despacho, la moral es excelente, lo mismo que la salud de los hombres, no existiendo epidemias entre los franceses. Necesitan con urgencia sacos terreros, que han sido pedidos al Capitán Depogé, oficial de marina que se encargaba de las comunicaciones con la plaza a pesar del bloqueo de la escuadra de Collier.        

                        La relación de los franceses con los civiles tampoco es mala, y las autoridades municipales ayudan a los defensores siempre que con ello también se beneficiase la ciudadanía.

                   Por la tarde, desde Francia, se intenta socorrer a los sitiados con dos trincaduras. El Capitán de Fragata Depogé relata el intento en su despacho al mariscal Soult.

                     Un curioso dato, bastante desconocido, es que Lord Wellington se vio afectado desde este día, tal vez como consecuencia de los esfuerzos en los intensos días anteriores a causa de la ofensiva francesa, por un ataque agudo de lumbago, que le mantuvo postrado en cama varios días. Sus oficiales más cercanos nos indican en sus comentarios, que sigue andando muy recto por las molestias, incluso el día 24 de este mes.

Sábado. 7 de Agosto de 1813.

41º día de Sitio.

                       Según nuestros informadores, De Lamadrid y Depogé, no se escuchan disparos de artillería esta jornada, aunque Depogé lo achaca a que los vientos son el N.E. a S.E. Sí sabemos por una carta de Seymour Larpent que los aliados dispararon una salva de 21 cañonazos contra la ciudad, como celebración por la reciente victoria contra la ofensiva de Soult que los franceses respondieron con el doble número de disparos.

                     Los jefes del cuerpo de Ingenieros y de la artillería, Fletcher y Dickson, reunidos elaboran el plan de sitio. Este no difiere mucho del anterior, a pesar de la oposición de Burgoyne y del fracaso del ataque del día 25 de Julio. Este defiende que la toma previa del hornabeque de San Carlos es indispensable. El nuevo plan difiere del anterior, únicamente, en el empleo masivo del poder artillero para preparar el asalto. Wellington tras sopesar ambas opiniones, se decantó por la de Fletcher, a pesar de exponer nuevamente a toda la columna atacante al fuego de flanco desde las posiciones ocupadas por los defensores.

                           A las ocho de la tarde se realiza un nuevo intento de socorro a San Sebastián con las trincaduras que regresaron la noche anterior. En el mismo despacho ya mencionado Depogé relata también este periplo.

                       Por la noche zarpa desde San Sebastián una chalupa, que permanecía en el puerto desde principios de mes, tras haber llegado desde Francia.

                         En la Gazeta de Madrid del 26 de Agosto se informa que este día 7 se ordena lo siguiente al 4º Ejército español:

                       Otro punto novedoso es la utilización por parte de la escuadra de bloqueo británica de marineros locales y sus embarcaciones como refuerzo del bloqueo. Existe documentación en la que queda reflejada la participación de marineros de las poblaciones de Guetaria, Pasajes y Rentería. , gracias a las protestas de los primeros, en número de catorce, por no haber sido relevados del servicio en quince días, mientras que los de las poblaciones vecinas si lo habían sido.

Domingo. 8 de Agosto de 1813.

42º día de Sitio.

                        A las cuatro y media de la mañana llega a puerto francés la chalupa que zarpó desde San Sebastián, portadora de los despachos del General Rey. Su capitán informa sobre la composición de la flota enemiga que bloquea la ciudad asediada.

                         Frente a San Sebastián:

  • 2 fragatas.
  • 2 bricks.
  • 1 goleta.
  • 1 lugre.
  • 7 u 8 lanchas armadas.                      

                        En el puerto de Pasajes:

  • 5 bricks (uno de ellos de guerra).

                         En Guetaria:

  • 4 transportes.

                         En Fuenterrabia:

  • 1 brick.
  • 1 cutter.

                          Este día tampoco parece haber gran actividad artillera. Depogé nos indica en sus cartas que ya son 48, las horas en que no se escuchan los cañonazos enemigos. De todas maneras hay que señalar que los vientos siguen teniendo la misma orientación que el día anterior.

                     En el reducto o "rondeau", ahora ocupado por los ingleses, los rumores comienzan a intranquilizar a sus defensores. Se ha extendido entre la tropa la idea de que los defensores están efectuando trabajos de minado bajo sus pies, con el peligro de saltar todos por el aire tras una inesperada explosión. Se mandó urgentemente a los ingenieros tomar contramedidas, a pesar de que una mina a tanta distancia de la primera línea francesa era prácticamente imposible. Esta orden agradó mucho a los soldados, al reforzar su seguridad y el escaso número de ingenieros existentes en la zona izquierda de la paralela, que hasta este momento era únicamente de cuatro hombres.

                          Los trabajos efectuados en el "rondeau" fueron:

  • Excavación de un foso entre la posición y las líneas enemigas de 12 pies de profundidad, justo hasta alcanzar el nivel freático del terreno. Por debajo de este, sería imposible que los mineros franceses realizasen galerías. El agua las inundaría, y de estar  excavando una mina, esta aparecería a la luz del día al llegar a esta trinchera.
  • Alrededor de todo el reducto se realizó también una galería de refuerzo de seis pies de profundidad.
  • Toda la superficie interior de la posición fue reforzada mediante postes de sujeción clavados en el suelo cada dos pies.

                       Los ingleses, por su parte, si estaban inmersos en la realización de una mina. Cuando comenzaron los trabajos, se avanzó de manera lenta al principio, como consecuencia de la arena, que suelta, dificultaba su avance con continuos derrumbes en la galería. Pero tras tres días de trabajos, una vez que la técnica constructiva fue mejorada, cada 24 horas el avance no era inferior a 16 pies. Este 8 de Agosto, había alcanzado una longitud total de 80 pies, pero se recibió la orden de paralizar los trabajos.

                         En Socoa, pequeño puerto costero de Francia, el Capitán de Fragata Depogé tiene preparados diez mil sacos terreros, seiscientas palas, doscientas planchas, un barril de clavos y ocho fardos de ropa. También hay once artilleros destinados también a reforzar a la guarnición francesa asediada en San Sebastián. De estos, ocho partirán esta noche, a bordo de las trincaduras que voy a mandar. Uno de sus capitanes portará los despachos de Soult para el General Rey. Un nuevo despacho de Soult llegará algo más tarde, cuando las trincaduras ya han zarpado, por lo que Depogé prepara una nueva chalupa para enviarla esa misma noche.

Lunes. 9 de Agosto de 1813.

43º día de Sitio.

                        En San Sebastián se escuchan por la noche disparos de cañones procedentes de alta mar. Rey se da cuenta que seguramente se trata de algún barco que ha intentado forzar el bloqueo. No llega ninguna embarcación durante toda la jornada, por lo que prepara una chalupa en el puerto, dispuesta para hacerse a la mar por la noche y avisar al otro lado de la frontera de lo acontecido.

                           El Teniente De Lamadrid indica que en esta jornada tampoco se escuchan disparos procedentes de las baterías situadas frente a la ciudad, pero en el Despacho de General Rey a Soult de fecha 9 de Agosto indica lo contrario.

                         La moral dentro de los muros de la ciudad, como ya he señalado, es excelente. Esto lo podemos corroborar leyendo la carta que Albert Goblet escribió a su padre. Gracias a ella podemos saber que participó activamente en la exitosa salida de la guarnición, efectuada la noche del 26 al 27 de Julio.

                      Al puerto de Pasajes siguen llegando barcos, que son observados desde las posiciones francesas del castillo. Han sido detectados no menos de once transportes y una fragata en la entrada del puerto. Desde San Sebastián se intenta mandar por la noche la chalupa que había ordenado el General Rey, pero la mal estado de la mar y los vientos contrarios lo impiden.

Martes. 10 de Agosto de 1813.

44º día de Sitio.

                        La jornada transcurre sin grandes novedades.

                   Lo más destacable es el nuevo intento, por la noche, de enviar la chalupa preparada el día anterior, pero a una distancia de legua y media, para desesperación de los franceses, es interceptada por los buques británicos y obligada a regresar a puerto.

Miércoles. 11 de Agosto de 1813.

45º día de Sitio.

                        Amanece un buen día, soleado y agradable.

                      Esa noche había logrado romper el bloqueo una chalupa enviada desde Francia, que suministra a las tropas sitiadas 1500 camisas, un fardo de ropas y nueve artilleros, además de los despachos con los informes del Mariscal Soult. La embarcación cargada con los sacos terreros aún parece ser que no ha llegado, ya que Rey sigue mencionándolos en la lista de necesidades de la guarnición en su despacho de fecha 11 de Agosto. Estas son:

  •      Carne salada.
  •     Borra de ovejas para los hospitales.
  •     Sacos terreros.
  •     Picos (indica que se carece totalmente de ellos).

                   Los prisioneros aliados que se encuentran en manos de los franceses son utilizados como trabajadores forzados en los puntos que necesitan refuerzos. El General Rey teme que alguno de ellos se pueda escapar suministrando una valiosa información al enemigo sobre la situación interior de la plaza. Por este motivo, menciona en su despacho del día 11 su intención de mandar un grupo a Francia, a bordo de una de la embarcaciones en cuanto el paso sea algo más fácil.

                       Esta jornada se reproduce el fuego artillero con mayor intensidad. De Lamadrid nos menciona que solamente puede ver la parte alta del monte Urgull y su castillo, ya que el resto de la ciudad se encuentra totalmente cubierto por la espesa nube de humo procedente de las baterías y de los incendios que van apareciendo en la ciudad como consecuencia de las explosiones. Los proyectiles utilizados principalmente son los huecos rellenados con metralla, con la finalidad de obstaculizar a los grupos de trabajadores.

                        El deseado y esperado tren de artillería que tiene que venir por mar sigue sin aparecer. En Pasajes se le sigue esperando con ansiedad. En el puerto se van acumulando unos 500 prisioneros franceses capturados en las acciones fronterizas, que serán embarcados hacia Inglaterra tras la descarga de los mercantes.

                     Por la noche se intenta sacar del puerto de San Sebastián a las trincaduras y chalupas llegadas desde Francia. A bordo de ellas se quieren evacuar a veinte heridos graves, cuya curación se estima será larga, por lo que no son aptos para la defensa.

                   En un Despacho de Wellington al Conde Bathurst fechado este día, sabemos que se ha enterado de la constante llegada de suministros a la plaza sitiada. Al parecer se han apoderado de correspondencia del General francés Conde Gazan, en la que se indica que se ha mandado con éxito sacos terreros y zapatos a los sitiados desde Saint Jean de Luz. El Mariscal británico se lamenta de la imposibilidad de cortar estas comunicaciones con los medios navales disponibles.

Jueves. 12 de Agosto de 1813.

46º día de Sitio.

                     Bastantes disparos de la artillería aliada.

Viernes. 13 de Agosto de 1813.

47º día de Sitio.

                       Nuevamente amanece un buen día, soleado y con temperaturas agradables. Los cañones luso británicos mantienen un vivo fuego durante esta jornada.

                    En el alto de San Bartolomé se trabaja a buen ritmo en la mejora de las baterías, con la construcción de una nueva situada en medio del antiguo y destruido cementerio del convento. De las memorias de W. M. Gomm, otro veterano del asedio, entresaco dos frases refiriéndose a esta batería y al convento.

Sábado. 14 de Agosto de 1813.

48º día de Sitio.

                        El día transcurre sin novedades en ambos bandos

                       Ante la cercanía del cumpleaños del Emperador de los franceses, nacido el 15 de Agosto, a las ocho de la tarde el castillo dispara tres salvas en su honor. Con estos cañonazos se inician las "celebraciones" de este acontecimiento, con el que se busca, sobre todo, demostrar a los sitiadores que la moral de la guarnición es alta.

                      Por la noche zarpó una chalupa desde el puerto de San Sebastián.

Domingo. 15 de Agosto de 1813.

49º día de Sitio.

                         Antes del amanecer regresa la chalupa al no haber podido romper el bloqueo británico, pero tal vez a consecuencia de que los sitiadores se encontraban ocupados con esta embarcación, lograron entrar en el puerto tres trincaduras procedentes de Francia.

                           En ellas llegan nuevos suministros a la ciudad:

  • 100 picos.
  • 1 barril de clavos.
  • Sacos terreros.
  • 300 balas del 12 (Estos proyectiles se mandaron por mediación personal de Depogé, a pesar de no haber sido pedidos por Rey).

                      A primera hora de la mañana, desde el castillo se escuchan de nuevo tres salvas en honor de Napoleón, como felicitación por su cumpleaños.

                    El General Rey manda llamar a Albert Goblet, nuestro joven Teniente de Ingenieros. Suponemos que experimentaría una sensación de ansiedad y nerviosismo. El Gobernador de la plaza, en persona, quiere hablar con él. Rey quiere encargarle una misión totalmente nueva, esta vez en honor del Emperador. Entre los dos, a pesar de la escasez de medios, acuerdan construir un gran letrero, que con enormes letras de fuego, mandará un inequívoco mensaje a los británicos.

                   En el despacho del General francés a Soult, Duque de Dalmacia, pide con urgencia que se comunique al intendente general la necesidad que tiene actualmente de medicamentos para sus heridos. En la obra de Belmas se detalla la actividad de los hospitales franceses en este momento del asedio.

 

 

 

                          En cuanto a las existencias de alimentos y suministros dentro de San Sebastián, Belmas también nos facilita el siguiente inventario:

(Clicad sobre las tablas para que se desplieguen).

 

 

 

                           En  el siguiente cuadro vemos el número de efectivos y el estado de cada una de la unidades francesas existentes dentro de los muros de la ciudad  en este momento:

 

 

 

                           Algunos de los suministros llegados por mar también son detallados en los estadillos de la plaza.

                          No nos olvidemos que este día sigue siendo el aniversario del nacimiento de Napoleón. Al mediodía, nuevamente se disparan salvas en su honor desde el castillo. Los británicos también disparan, pero hacia sus objetivos asignados con mayor intensidad que en fechas anteriores. Siguen utilizando proyectiles huecos. Sus obuses son constantemente disparados.

                       Por la tarde es disparada una nueva salva desde la fortaleza de monte Urgull. El Teniente del ejército español De Lamadrid, la escucha desde su posición, cercana a la frontera con Francia. También logra escuchar las salvas que se realizan desde Bayona, que según él, son algo más intensas y duraderas.

                    Cuando la oscuridad de la noche se impuso sobre la ciudad, un gran resplandor, visible desde todos los puntos que rodean la ciudad, iluminó la punta del monte Urgull. Son las diez y nueve grandes letras realizadas por Goblet y sus hombres. Un "VIVE NAPOLEON LE GRAND" en fuego reta a todos los enemigos que asedian la ciudad. La misión encomendada a nuestro Teniente ha sido un éxito.

                 Pero leamos en el desplegable de la izquierda, como se lo comunica el Teniente de Ingenieros a su padre en la carta fechada el 21 de Agosto.

                         También esa noche se realiza un nuevo intento de comunicación con Francia, por lo que zarpó otra vez la chalupa. Las trincaduras estarán preparadas para intentar zarpar la próxima noche.

                         Sir Thomas Graham, como consecuencia del mal tiempo y de su avanzada edad, no se encuentra muy bien. Esta situación se la comunica a Wellington, no descartando este la posibilidad de que el Teniente General abandone el sitio y regrese a Gran Bretaña. Por su parte, Wellington sigue sufriendo el ataque de lumbago, con dolores incluso sentado, tal y como le señala a Graham.

                         La flota con los suministros y refuerzos artilleros ya está llegando al puerto de Pasajes. Este se encuentra atestado de buques mercantes, soldados de todas las nacionalidades, arrieros, animales y mercancías. Tenemos que señalar que este punto era el elegido para el desembarco de todas las tropas de infantería destinadas a reforzar las posiciones de la frontera. Las de caballería eran desviadas al puerto de Bilbao.

Lunes. 16 de Agosto de 1813.

50º día de Sitio.

                          El día amanece agradable. Por la tarde se sobrepasan los 25º centígrados.

                     Es apresada una embarcación, la primera. Es un éxito para la escuadra de bloqueo, ya que aunque a abortado muchos intentos de comunicar la ciudad asediada con Francis, nunca había logrado apoderarse de uno de estos barcos. En la ciudad los soldados son conscientes del esfuerzo que están realizando los marineros.

 

 

                        Una nueva trincadura zarpa de Francia a las 8 de la tarde. Leamos el despacho de Depogé a Soult en el que se describe todo su accidentado viaje.

 

                       Es importante señalar que entre las filas aliadas se están extendiendo otros enemigos también muy peligrosos. Los Oficiales y soldados se están viendo atacados por la enfermedad, con problemas gastrointestinales que los imposibilitan para el servicio. Larpent, el oficial  jurídico, se va afectado, lo mismo que gran parte de los hombres a su mando. Incluso el General Picton se tiene que desplazar a retaguardia por una indisposición gástrica aguda. No afecta solamente una zona en concreto, se extiende por todo el contingente aliado.

                     Las medidas higiénicas brillan por su ausencia. Las pulgas reinan por todas partes, mortificando a los hombres y animales. Larpent escribirá el día 18:

                        "(...) Estoy bastante mejor cada día, y cenaré con el general Cole, que está acuartelado aquí. Mi gente en esta casa está despierta toda la noche, haciendo mucho ruido, (...) y todo el día los niños están removiendo la basura y las pulgas suben y bajan continuamente sobre mí".

                         Y más tarde, el día 23:

                       "Estoy un poco mejor, pero no del todo, escribiendo todo el día, con las pulgas desde medio cuerpo hasta el suelo, y por todo él durante la noche. Las moscas pican y zumban a mi alrededor con la luz de la oscuridad. La tienda es una pequeña tienda de campaña, ruidosa y sucia en la que seis paisanos y cinco niños viven, lo que añade incomodidad a mi recuperación. La gente dice que hemos traído la plaga de moscas, y creo que así es, que la hemos incrementado por el número de animales muertos, y otros tipos de suciedad causada por la densidad de la población actual. No enterramos tan regularmente como los franceses, ya sean nuestros o despojos de animales muertos, ni nada. Los españoles en absoluto, aún menos, algunas veces lo hacemos por ellos. Para que os hagáis una idea de las moscas, se comen todas mis galletas, si se dejan abiertas y detectan mis cartas si se dejan todo un día sobre la mesa".

  

 

                         La deserción entre las filas aliadas es enorme. Aumenta día a día, a pesar de las radicales e inhumanas medidas que se toman para cortarla. Wellington está sorprendidísimo por este fenómeno, que se ha extendido sobre todo entre las filas británicas.

 

 

Martes. 17 de Agosto de 1813.

 

51º día de Sitio.

 

                          Amanece un día agradable aunque algo pesado, a consecuencia del gran índice de humedad, que hace que la ropa se pegue a la piel. Típico bochorno de un agosto donostiarra. El Teniente De Lamadrid comenta que la actividad artillera es bastante intensa, a tenor de los cañonazos que se escuchan.

 

 

                            "En San Sebastián bastante fuego".

 

                            El Teniente General Graham sigue en su Cuartel General de Oyarzun.

 

 

                          En el informe del Capitán de fragata Depogé para Soult fechado este día, se detalla que están  fondeadas delante de San Sebastián cuatro fragatas y dos bricks. En el de Rey se indica que han entrado en Pasajes tres caza mareas y dos transportes, llegados desde el Oeste. Estos datos coinciden con lo que afirma Wellington en su Despacho del 18, en el que afirma que se ha aumentado la fuerza naval.

 

Miércoles. 18 de Agosto de 1813.

52º día de Sitio.

                       Amanece un buen día, aunque algo brumoso a primeras horas de la mañana. El estado de la mar es excelente.

                     Los ingleses siguen esperando el ansiado tren artillero de refuerzo que tiene que venir por mar. En la distancia ven un convoy que se está aproximando, aunque creen que pueden ser los transportes que salieron hace días hacia Bilbao, que regresan a devolver su cargamento en los muelles de Pasajes. Los vigías franceses también los ven. Controlan desde su privilegiada posición, en las alturas del monte Urgull, el continuo ir y venir de buques enemigos. En el despacho de Rey al Mariscal Soult se informa de los siguientes avistamientos.

                           Los envíos de suministros a los franceses van bien, aunque las necesidades en San Sebastián, según transcurren los días, se van haciendo cada vez mayores. Hasta el momento se han recibido 5.000 sacos terreros, que a pesar de ser una cantidad considerable, solamente suponen la mitad de la cifra prometida. Los hospitales van bien, aunque la necesidad de medicinas empieza a ser preocupante. El General Rey se lo recuerda personalmente a Depogé en una carta, al pedirle que se lo recuerde al intendente general.

                        En la ciudad el suministro de agua es perfecto. No ha habido ningún percance en los pozos.

                            El General Rey también pide que se le manden refuerzos, ya que las bajas son constantes. Se lamenta de que este día, a media noche, un valioso oficial de "voltigeurs" ha resultado muerto. Necesita cubrir urgentemente las bajas.

                       La batería aliada, situada en el alto de San Bartolomé, se encuentra en perfecto estado tras ser constantemente mejoradas sus defensas y baterías. En el reducto preparado en los terrenos del cementerio del convento, los franceses distinguen claramente seis amenazantes troneras, y creen que en breve habrá otras cuatro más, lo que le dará una potencia destructora enorme. En el antiguo, junto a su convento, se ha preparado otra batería para dos cañones.

                        Las baterías mantienen un vivo fuego sobre la ciudad desde las diez de la mañana, hora en la que abren fuego. Este día, el sonido de los cañones se escucha con total claridad incluso desde San Juan de Luz. El Teniente De Lamadrid corrobora estas noticias.

                    La tripulación de la embarcación apresada el día anterior está siendo investigada. Ellos alegan que nada tienen que ver con el bloqueo, ya que habían zarpado desde Guetaria. Su capitán es constantemente interrogado.

                          Por la noche, a eso de las ocho, nuevamente intenta llegar desde Francia la trincadura, cargada con las 14 cajas de municiones, que había fracasado y regresado el martes anterior. Junto a ella zarpa la pequeña lancha "La Hardie", en la que se transportan dos fardos de sacos terreros y los despachos para el general Rey. Su misión es muy complicada. El puerto de San Sebastián está cada vez más férreamente vigilado. Pero los vientos no les son favorables por lo que tienen que regresar a puerto a las once y media.

 

Jueves. 19 de Agosto de 1813.

53º día de Sitio.

                      La intensidad de fuego con la artillería sobre la ciudad es bastante intenso según comenta De Lamadrid, pero el viento no es favorable para los franceses de San Juan de Luz, que no escuchan nada.

                     Lo más importante de este día es, según nos menciona el Teniente Coronel Fraser, la llegada del tan esperado convoy que transporta el tren de artillería, de similares características al que se empleó al comienzo de las operaciones. Jones en su trabajo lo describe detalladamente:

  • Cañones de 24 pulgadas                     14
  • Morteros de 10 pulgadas                      4
  • Howitzers de 8 pulgadas                       6
  • Carronadas de 64 pulgadas                    4

                                          Total de piezas 28.         

                      También llega al mismo tiempo un segundo tren de artillería, que en un principio estaba destinado para servicio de la guarnición de Cuxhaven. Su composición también nos es detallada por Jones:

  • Cañones de 24'                15 (en cureñas de guarnición y plataformas de transporte).
  • Cañones de 18 pulgadas      8 (en cureñas de guarnición y plataformas de transporte).
  • Morteros de 10 pulgadas     4
  • Proyectiles redondos para los 24 pulgadas                                         2812
  • Proyectiles huecos para los 24 pulgadas                                              938
  • Proyectiles redondos para los 18 pulgadas                                          1500
  • Proyectiles huecos para los 18 pulgadas                                              500
  • Granadas para los morteros de 10 pulgadas                                          380
  • Granadas de fragmentación para los morteros de 10 pulgadas                  20
  • Barriles de pólvora                                                                            484

                        Este segundo tren de artillería traía la cantidad de munición necesaria para un sólo día de disparos. La intensidad que se estaba disparando contra la ciudad era enorme. Pero significaba un refuerzo importante para el poder de fuego aliado, porque sus cañones podrían reemplazar a los de la primera parte del asedio que actualmente se encontraban muy desgastados por el uso intensivo. Los carros de guarnición en que habían llegado no eran útiles para este empleo.

                        La ciudad está amenazada por tres trenes de asedio. Un sitio normal se puede llevar a cabo con uno sólo, pero los británicos habían reunido frente a las murallas de la ciudad el triple de lo necesario. Una fuerza hasta ahora nunca vista, reunida para una sola acción.

                      Junto a estos refuerzos materiales, llegó también desde Inglaterra uno humano de igual importancia. Se trataba de la 2ª Compañía del  2º Batallón de Zapadores y Mineros Reales compuesta por noventa y dos hombres. Algunas fuentes fechan su llegada el día anterior.

                     Wellington se queja de manera formal al General Álava de la escasa colaboración que encuentra entre los naturales del país. La ausencia de carros para facilitar el transporte de los suministros dificulta en gran medida las operaciones contra San Sebastián. Esta actitud es general en todas las provincias vascas. Bilbao se niega a ceder edificios para su uso como hospitales militares, hecho muy similar a lo que ocurre en Vitoria. En su carta, termina amenazando con que estos detalles los va a hacer públicos para el general conocimiento en el resto de España.

                    Los pescadores franceses siguen realizando sus trabajos costeros, y permanecen muy atentos a lo que pueden observar. Cuando llegan a San Juan de Luz informan a las autoridades militares sobre el número y categoría de la unidades navales británicas avistadas. Este día, frente a San Sebastián, sigue habiendo cuatro fragatas y dos bricks.

                         La fragata "Sparrow" llegó a Pasajes la noche del 18 al 19. Informó que había visto un convoy de mercantes acercándose escoltados por la fragata "President".

Viernes. 20 de Agosto de 1813.

54º día de Sitio.

                       El intercambio artillero es constante durante todo el día. Por la mañana el Castillo contesta con sus cañones de manera constante. Por la tarde su fuego disminuye según se incrementa el de las baterías sitiadoras.

                    A lo largo del día siguen llegando transportes continuamente al puerto de Pasajes.

                      Las posiciones son visitadas por el Duque de Wellington, acompañado en esta ocasión por el General Graham y el Príncipe de Orange entre otros personajes importantes. El Teniente español De Lamadrid se encuentra también frente a San Sebastián y los ve desplegando mapas y estudiándolos sobre el terreno. Es muy curiosa la descripción que nos hace de Wellington.

                             "Wellington es bastante alto, algo seco, nariz larga y feo".

                    El navío de línea H.M.S. "Ajax" llega ante las costas de la ciudad al mando del Capitán Otway. Wellington le pide al Teniente General Graham que le comente personalmente al marino la situación tan lamentable en que se encuentra la escuadra de bloqueo, y las continuas comunicaciones de la plaza con Francia, mundialmente conocidas tras la publicación por los diarios de Paris, del informe personal del General Gobernador de la ciudad Rey, sobre el fracasado ataque del 25 de Julio. Hay que hacerle notar el peligro de esta posición tan cercana a las costas enemigas. Un ataque francés obligaría, sin duda, a que la escuadra tuviera que huir abandonándolo todo. Su intención es clara, quiere que el navío de setenta y cuatro cañones permanezca ante la ciudad.

                        Parece ser que Lord Keith, del Almirantazgo, pidió personalmente que se reforzara el grupo de bloqueo con nuevas unidades. En este momento la escuadra si empieza a ser importante. A esta gran buque hay que sumar la llegada de la "Revolutionaire" junto a la ya mencionada "President".

Sábado. 21 de Agosto de 1813.

55º día de Sitio.

                         Siguen llegando transportes al puerto de Pasajes. Entre los buques que llegan destaca este día la balandra de guerra "Zephyr", en misión de escolta de uno de estos convoyes.

                          La intensidad del bombardeo a que es sometida la ciudad disminuye un poco en intensidad en comparación al del día anterior. La actividad en las baterías es frenética ante la constante llegada de material artillero. Se trabajan las 24 horas del día sin parar. Es importante la llegada de una compañía de 100 zapadores portugueses reclutados entre la milicia nacional de ese país, que a pesar de carecer de experiencia, aportan nuevas manos al descomunal trabajo.

                           A consecuencia del bombardeo resulta herido el Capitán Laroque, del 34º Regimiento de Infantería francés.