Vida y Asedios de una pequeña gran ciudad
ENTERRAMIENTOS
de
OFICIALES FRANCESES
durante
el SITIO de SAN SEBASTIÁN de 1813
Mucho se aventura sobre los posibles lugares donde se enterraron los muertos franceses que defendieron la ciudad de San Sebastián el verano de 1813, contra los ejércitos aliados españoles, británicos y portugueses. Hasta el momento nos hemos movido siempre en el mundo de las conjeturas, basando los posibles lugares en la lógica actual y pasada.
Esta lógica limitaría las posibles zonas en función de:
Hasta ahora nunca se han tenido pruebas suficientes como para afirmar rotundamente, que en tal o cual lugar se enterraron franceses. No se han encontrado pruebas arqueológicas, ni tampoco documentales. Pero esta situación de ausencia total de datos ha cambiado hace poco tiempo con la publicación de las memorias de un oficial de uno de los regimientos que participó en el asalto a la ciudad.
La participación del 3º Batallón del 27º de Infantería de Línea británica (Inniskilling).
Tras el fracaso del asalto a la ciudad del 25 de Julio, Lord Wellington realizó un llamamiento al resto de unidades bajo su mando. Estaba muy enfadado por el comportamiento de los regimientos que atacaron la ciudad ese día 25, todos pertenecientes a la 5ª División. Quería formar un escogido grupo de ataque formado por 400 voluntarios de la División Ligera y de la 1ª y 4ª División Británicas.
Uno de estos regimientos a los que se les pidió voluntarios fue el 27º de Infantería de Línea,de la 4ª División, entre cuyos oficiales se encontraba el autor de esa memoria biográfica. Curiosamente, a pesar de la importancia actual de sus palabras para localizar el punto de enterramiento de los oficiales franceses, no participó en el asalto, por encontrarse de servicio en el momento en que se realizó el llamamiento a la unidad.
Transcribo literalmente los párrafos que nos interesan del texto, y después los analizaremos detalladamente.
Primera referencia a San Sebastián, fechada el 31 de Agosto de 1813.
August 31st
We had heard of an assault on St Sebastian, its failure, and that many Portuguese, of whom the storming party mainly consisted, were taken prisoners. This day Pollock received a letter from Weir, stating that Jack Harding, a Serjeant, and twelve men had marched to the second attack of St. Sebastian, being our quota of the number required from our Division by a letter from the Adjutant General to General Cole in which he states "by Lord Wellington's order, that 100 British, and 50 Portuguese are wanted to set an example to a Column of attack, in a point of great moment: but which only requires conduct to insure success!" This remarkable Order spoke His Lordship's chagrin at the failure of the first assault: and put every one concerned on their high mettle.
Harding was acting as Adjutant and therefore decidedly off the Roaster: but finding that the turn of duty came to his name, he was resolved to take it, regardless of our Colonel's remonstrance, and even solicitations. Had I been with the regiment, and Harding not taken the perilous duty, it would have fallen on me. General Sir Lowry Cole was excessively pleased that "A Forlorn Hope," should be called from His Division in such a manner. He inspected the marching off of the party: and shaking every Officer by the hand, desired them to remember the 4th Division!! The Light, and 1sts Divisions furnished the same complement.
En este párrafo hay que entresacar el "punto" de orgullo nacional, al achacar a los portugueses la responsabilidad del fracaso sufrido en el ataque del 25 de Julio. Para recalcar este pensamiento, se apostilla después de la frase en la que se señala el fallido intento, que cayeron muchos portugueses prisioneros, nada menos que 400, desviando de esta forma claramente la responsabilidad, o al menos, la parte de la misma que atañe a los británicos. Esta afirmación es del todo incorrecta.
También se menciona que un grupo de doce hombres con un sargento (1), y todos al mando de un tal Jack Harding (2), formaron la cuota de voluntarios pedida al regimiento 27º. Wellington quería una unidad de cien británicos y cincuenta portugueses para "enseñar a combatir" con valor a los hombres de la 5ª División.
Realmente el grupo de voluntarios estaba formado por cerca de 400 hombres. Se formó, como ya he señalado, con un llamamiento a todos los regimientos y unidades pertenecientes a la Ligera, 1ª y 4ª Divisiones de Infantería.
Si investigamos los muertos sufridos por el 27º regimiento en el asalto del 31 de Agosto, y los que recibieron posteriormente la Medalla General por Servicios en el Ejército con la barra "St. Sebastian", como poco encontramos 32 nombres, una cifra muy superior a la barajada por nuestro protagonista y los historiadores.
Nuestro oficial también nos cuenta que él no se pudo presentar por encontrarse de servicio fuera de la unidad, en el momento del reclutamiento. Y matiza nuevamente que de haber estado presente, ese honor le hubiera correspondido a él, en lugar de a Harding.
El General Sir Lowry Cole felicitó personalmente estrechando las manos de todos los oficiales de su 4ª división que partían voluntariamente para el ataque. Estaba muy orgulloso de que una unidad de "sin esperanza" o Folorn Howe se formara dentro de su división.
Segunda referencia a San Sebastián, fechada el 2 de Septiembre de 1813.
September 2nd.
Late this evening intelligence arrived of the taking of San Sabastián, in the afternoon of the 31st ult. The bells began to jangle immediately in the most absurd and discordant manner; resembling the Alarm of Fire in an English village. But yet, purchance the Spanish would say with the Portuguese, that "the English have fine bells, but know not how to ring them!" Lights were exhibited at every house; and bon fires on every street; with men, women, and children dancing to the monotonous beating of lozenge shaped tamborines covered on both sides; and singing their loyal airs; which want cadence; as much as their music, and variety as much as their dance! The step was 1:2:3.4 - 4:3:2:1 incessantly on the same spot. And the beat on the tamborine corresponded with tum pa-tum tum.
(...)
En este segundo punto, nos indica que tras la llegada de las noticias, dos días después de producido el ataque, en las que se informaba del éxito del mismo y de la toma de la plaza de San Sebastián, el pueblo donde se encontraba estacionado estalló de alegría. El incesante tañido de las campanas, que le recordaban las alarmas de incendio de su Inglaterra natal, todo era alegría, bailes, cantos y música de guitarras.
En el párrafo que vendría a continuación y que no transcribo, aflora nuevamente el ideario de superioridad social y cultural sobre el resto de pueblos, que tenían los británicos en aquellos años. Critica a los españoles, a sus costumbres y a su nivel cultural, pareciéndole incluso increíble que fuéramos una potencia en Europa hasta hacía pocos años.
Tercera referencia a San Sebastián, fechada el 3 de Septiembre de 1813.
September 3rd.
(...)
We, likewise, received particulars of the taking of San Sabastián; and had to mourn the loss of our highly esteemed friend Harding; of Kenyon the Volunteer, the adopted pet of my chum and self. Ten days after his death his commission as ensign was received! Had this arrived sooner he would have been saved!! Pollock felt as a brother the loss of his messmate Harding!! Another volunteer, who had been very recently attached to our regiment, was also killed. He had been one of the Senior Lieutenants in the Marines. He had been cashiered by an Order from the Admiralty for having been a second in a fatal duel at Portsmouth. Two very young officers, much attached to each other were drawn into an intrigue by an insidious and designing woman, the wife of an officer afloat. She so artfully cajoled the two youths, that each fancied himself the exclusively favoured paramour. One of them chanced to speak slightingly of the lady as she passed and distantly bowed to the two younkers. An altercation ensued; and a duel resulted, and the volunteer's friend was shot dead. Of our little devoted band, that is, poor Jack Harding, one Serjeant, 12 men, and two volunteers, only four survived!! Half way to the breach Jack was struck on the thigh by a grape shot. When he fell, his whole party halted, but Jack raised himself on his hands, and called out, Serjeant Achison what are you about, go forward, and do your duty! Look to the Castle on your Buttons, and prove yourself an Enniskillener!! This was like an electric shock, the Serjeant put his cap on his halberd, waving it, and shouting, gained the breach, and with three men survived to tell the sad history. The Colonel made him a Colour Serjeant for his brave conduct: but being of a volatile disposition he soon afterwards lost his colours.
Se lamenta de la muerte de Harding, y del voluntario Kenyon (3), este último parece ser que era su protegido dentro del regimiento. También mencionan otro voluntario (4) más, muerto en el asalto, que se había incorporado al regimiento recientemente.
En total, del grupo que salió del 27º Regimiento, compuesto por Harding, un sargento, doce hombres y dos voluntarios, afirma que únicamente regresaron cuatro. Incluso narra cómo fue alcanzado Harding en el muslo por un trozo de metralla, y que imposibilitado para seguir avanzando, gritó al sargento Achison (5) que siguiera adelante, cumpliendo con su deber.
En el gráfico superior muestro el listado de los 32 participantes en el asalto a la ciudad, pertenecientes al 27º Regimiento. Junto a los nombres, los rectángulos coloreados muestran las acciones en las que estuvieron presentes. Como se puede ver, tras la acción contra San Sebastián, hay muchas faltas en las operaciones posteriores. Es de suponer que estas sean consecuencia de haber resultado heridos en la acción y permanecer convalecientes en las fechas posteriores.
El hecho mencionado por nuestro narrador, indicando que solamente regresaron cuatro compañeros, y que en el gráfico sean 14 los que siguen activos para la acción del Nive, no quiere decir que todos ellos resultasen ilesos, pudiendo estar heridos de carácter leve. Ese combate se desarrolló 40 días después del ataque.
Cuarta referencia a San Sebastián, fechada el 5 de Octubre de 1813.
Esta es la más interesante, ya que nos menciona donde estaban enterrados y de qué manera, los oficiales franceses muertos durante su defensa de la ciudad de San Sebastián.
October 5th.
We ordered the baggage to take the direct road to Renteirea (Errenteria ?). And leaving our rural abode about 8.o.clo. made the best of our time to visit the ruins of the famed fortress of San Sebastian. The morning was most lovely and the blue sea bursting suddenly to our view after a few brief observations, wafted our thoughts our fond thoughts, to England, for some time.
We reached the spot where our Engineers first broke ground; which rising, did not, at first, require much labour to render the approaches safe. A large Convent on the right had been transmuted into a Fortress of considerable importance, as an advanced position. It was taken by Portuguese; and very much was said about their gallant conduct on the occasion. Within a few days the French recaptured it; and deserved infinite praise for the boldness of the attempt and the bravery with which they retained it.
This Convent, converted, rivetted our attention for some time, and we were surprised to see it still standing: we could not conjecture, why one brick was left on another, as our Lines so entirely commanded its situation. In our progress we could, by the Gabions still standing, mark the admirable position of our various batteries: all of which had a good command or range, until our lines reached the sea shore. When our Engineers advanced their approaches in rear of the Convent they exhumed many coffins of French Officers and place them in their ramparts; which being now levelled, these coffins were exposed to the weather, more or less. Our regrets and indignation were much excited, that these coffins had not be place in the trenches, and again buried. When we came in full view of the Fortress, we noticed that the sea wall on the East had been carefully repaired; to effect which, the workmen had cleared away and made use of chief of the materials battered down from the awful breaches, on which our own immediate comrades had died, and by which our brave soldiers had reached the heights. This circumstance was a great disappointment to us! For we had fully resolved to have secured our steeds, and with a melancholy satisfaction passed up over the footsteps of our lost comrades; and searched out the spots where our much lamented friend Jack Harding, poor Kenyon, and other brave fellow had died!!! The town showed all the horrors of a bombardment: excepting the houses under the Rock, on which the Citadel is built, which our guns could not reach, not one remained entire. They had been uniform and handsome; with stone basements, and had extensive and handsome balconies to the upper windows. The streets are parallel, and at right angles. We could not discover a land or alley anywhere.
The ascent from the town to the Citadel on the South side of the rock, was in Barbet: but the French built a parapet with flat loose stones, sufficiently high to secure all passes up and down. When ascending this road we arrived at the fatal South East angle commanding the main breach, from whence the besieged incessantly poured forth death and destruction on their assailants. This parapet originally had but one large gun: in consequence of our attack, however, it became a most important place, and the French, by cutting into the face of the rock, and other expedients, established three twenty-four-pounders, on traversing carriages. These kept up such an unceasing fire, that their touch-holes, the size of this quill with which I am writing, were fused, like holes in a honey-comb; which admitted my four fingers! The centre gun was dismounted and burst, by one of our shots sticking in its muzzle. From this spot we had a full view of the Breach; and well contented that our turn of duty had not forced us into it. I reflected upon it with acute feelings for had I been with the Regiment, and Harding availed himself of his office as Acting Adjutant I must have risked my life there. Approaching the Castle we had a view of the North side of the Rock furrowed by the shot and shells from our guns which had passed over the Citadel: to which the Garrison retired, after our troops had taken possession of the town; but next day surrendered. And well they might! Their ammunition was exhausted we their flour magazine no longer proof against the weather, and the few remaining bags were so mouldy that they could not be lifted.
On passing through the different apartments of the Castle we were surprised to observe how remarkably thin the walls of the upper rooms were. We could distinctly perceive that our balls, from our batteries, and also from our ships in the bay, had passed directly through both walls although so elevated. Every room had from two to six perforations of this kind; excepting the Donjon; which being in the rock, had escaped. The 400 Portuguese taken prisoners by the French when they recaptured the Convent, were confined in the upper part of the Castle: sixty of whom were killed by out shots. Having attentively surveyed the fortifications collectively we were strongly inclined to the opinion, that the Engineer who constructed these works, relied too much on the appeared strength of the conical shaped rock. For had it not been the additions which the French made in various parts the capture would not have cost us so dearly. It will be many years ere this town and fortress can be restored to their original grandeur and importance. On leaving San Sebastian we passed by the route along which poor Jack Harding and his gallant party must have advanced to their death beds.
Se trata de la narración de una excursión que hace a San Sebastián ese día, aprovechando que se encontraba en Rentería, y el día era climatológicamente inmejorable.
Los datos no se ajustan completamente a la realidad de los hechos acontecidos, por haber muchos detalles erróneos. Queda claro que no es un testigo presencial, y que lo que nos cuenta es lo que a su vez, a él le han contado.
Primero nos narra que se acercan a la brecha abierta por los ingenieros, que supongo se tratará de la brecha principal. Delante de la misma se tenían que ver los daños causados por las tres minas explotadas justo antes del comienzo del asalto, obra del Real Cuerpo de Ingenieros. Todos los demás daños son consecuencia del feroz bombardeo de la artillería aliada.
A la derecha de esta brecha nos sitúa un convento que según cuenta fue fortificado por los defensores, actuando como posición avanzada. Se trataría del convento de San Telmo, situado a la derecha de la brecha más pequeña. Esta confusión es posible, al encontrarse tan destruido el murallón de la Zurriola, que sería difícil para alguien que no estuvo allí, diferenciar ambas brechas. La zona de la segunda brecha, la más cercana a San Vicente fue fuertemente defendida por los franceses contra los avances de las tropas portuguesas que habían vadeado el Urumea. En algún relato se habla de hasta trece intentos de avance rechazados. Por mencionar la posición del convento, las vistas que desde el lugar tenían de las baterías aliadas y de los gaviones que las fortalecían, y la importancia de las unidades portuguesas atacándolo, no me cabe duda de que se trata del convento de San Telmo, a pesar de algunas incorrecciones sobre cómo transcurrieron los hechos.
Y ahora viene lo más interesante. Nos menciona que en los trabajos realizados por los ingenieros para avanzar sus trincheras por la parte trasera del convento, estos se encontraron con muchos ataúdes de los oficiales franceses, que una vez exhumados, fueron incorporados a los improvisados muros de defensa. Los cadáveres de los franceses fueron, y parece ser que seguían, expuestos a la intemperie, hecho que indignó al grupo de oficiales que realizaba la visita.
Cuando la ciudad fue tomada y los franceses se retiraron a las fortificaciones del monte Urgull, toda la línea de edificaciones que se salvaron del incendio, y cerraban la plaza en su parte más cercana al monte, se convirtieron en primera línea de combate. Según nos indica el relato, parece que los Reales Ingenieros comenzaron a avanzar mediante trincheras hacia las defensas francesas, desde el convento de San Telmo, utilizando cuanto estaba en sus manos, para protegerse de los disparos de los voltigeurs enemigos.
Es decir, que la trasera del convento de San Telmo fue utilizada para enterrar a los oficiales franceses, metidos en ataúdes individuales, durante el bombardeo y defensa de la ciudad. Este enclave se encontraba algo alejado de las brechas principales, a la vez cerca de la iglesia de San Vicente, que había sido convertida en un hospital de sangre.
3.- Claustro y huertas.
Actualmente no quedaría nada del mismo, como consecuencia de las continuas obras y remodelaciones realizadas en el lugar. Desconozco si en la excavación arqueológica realizada antes de la construcción de esa ampliación aparecieron restos de ese improvisado cementerio militar.
En las dos fotografías superiores (Autor: J. Chanca), realizadas en 2007, se puede ver, en primer lugar, la zona donde estaría el cementerio, en su parte más cercana a la plaza de La Trinidad, ya desaparecida su parte más superficial por la acción de las excavadoras. La segunda es el lugar exacto, ya excavado, donde se situarían con toda probabilidad las inhumaciones.
En el gráfico de la derecha se ve señalado con una flecha roja el emplazamiento exacto donde se situaba el cementerio de oficiales franceses dentro de un contexto arquitectónico actual. (Dibujo levantado por la Fundación Arquía).
Las brechas estaban siendo urgentemente reparadas, para lo que se reutilizaron los materiales caídos como consecuencia del bombardeo, y que habían servido para escalar las violaciones a los atacantes. Parece ser que ya no quedaba casi nada de esas rampas de escombros que fueron testigos de tantas muertes.
Tras la visita a la ciudad, comienza la ascensión al monte Urgull. Pasan varias traviesas realizadas con piedras sueltas por los franceses hasta llegar a la batería del Mirador, donde los defensores emplazaron tres piezas de 24', de las cuales la del medio fue destruida por el impacto de un proyectil que la acertó en pleno hocico. Al contemplar desde esa posición las brechas, llegó a pensar que estaba vivo gracias a haber estado de servicio el día del reclutamiento. Casi con toda seguridad, de haber sido él y no Harding el elegido, ahora estaría muerto.
En la parte superior del castillo se sorprenden por la delgadez de los muros de toda la zona residencial. Las paredes se encuentran perforadas por los proyectiles de artillería británica, y por ese motivo, cada habitación tiene entre dos y seis agujeros en sus paredes.
Indica que los 400 prisioneros portugueses tomados en el fracasado asalto del 25 de Julio, fueron confinados en esta parte del castillo, por lo que sufrieron unas setenta bajas por fuego amigo. Recuerdo que este dato es del todo incorrecto. Los prisioneros capturados tras el ataque del 25 de Julio pertenecían a las dos nacionalidades, y si, en efecto, sufrieron bajas por el llamado "fuego amigo", pero no en la parte alta de la fortaleza. Los hechos ocurrieron en la zona cercana a la Batería de Bardocas.
Finalmente, indicaré de donde salen todos estos datos.
La Editorial Gareth Glover ha publicado el año 2011 las memorias del Teniente Charles Crowe (7), con el título "An Eloquent Soldier. The Peninsular War journals of Lieutenant Charles Crowe of the Inniskillings. 1812 - 1814".
(1).- Sargento Ronald McDonald.
Medalla por Servicios Generales en el Ejército por Bussaco, La Albuera, Badajoz, Vitoria, Pirineos, San Sebastián, Nivelle, Nive, Orthez y Toulouse.
(2).- Teniente Frederick Harding.
Alférez del 27º desde el 1 de Septiembre de 1808.
Teniente del 27º desde el 30 de Abril de 1812.
Sirvió en la Península desde Julio de 1809 hasta su muerte el 31 de Agosto de 1813.
Veterano de Bussaco, Olivenza, 1º Badajoz, Badajoz, Castrillo, Salamanca, Vitoria, Pirineos y San Sebastián.
(3).- Voluntario George Kennion.
Voluntario del 3º Batallón del 27º Regimiento de Infantería de Línea.
(4).- Voluntario John Causton.
Voluntario del 3º Batallón del 27º Regimiento de Infantería de Línea.
(5).- Desconocido.
(6).- Teniente Alexander Nixon.
Nombrado Teniente del 27º Regimiento el 30 de Abril de 1813.
Sirvió en la Península de Enero de 1813 hasta el 14 de Abril de 1814.
Medalla General por Servicios en el Ejército por Vitoria, Pirineos, San Sebastián, Nivelle, Nive, Orthez (herido) y Toulouse.
(7).- Teniente Charles Crowe.
Alférez del 48º Regimiento de Infantería desde el 14 de Agosto de 1811.
Teniente del 101º Regimiento de Infantería desde el 24 de Febrero de 1812.
Teniente del 27º Regimiento de Infantería desde el 14 de Enero de 1813.
Sirvió en la Península de Diciembre de 1812 a Enero de 1813 con el 48º Regimiento, y de Febrero de 1813 a Abril de 1814, en el 3º Batallón del 27º Regimiento.
Veterano de la Batalla de Vitoria, Pirineos y Toulouse.
Posteriormente sirvió en la Guerra contra los Estados Unidos de América (1814).
Había nacido el 1 de Marzo de 1785.
Se casó con Elizabeth Thomas el año 1818. No tuvieron descendencia.
Falleció el 15 de Junio de 1855, y fue enterrado siete días después en la iglesia de St. Mary's, de Coddenham.