Vida y Asedios de una pequeña gran ciudad
LA HOJA DE SERVICIOS DE D. PEDRO PAUPE
VOLUNTARIO DE LA MILICIA NACIONAL DE LA CIUDAD DE SAN SEBASTIÁN
Y
SOLDADO DE SU COMPAÑÍA DE CAZADORES
-- BATALLÓN ISABEL II --
(I GUERRA CARLISTA)
Estamos de suerte, ya que un lector de mi blog contactó, desde Venezuela, para indicarme que uno de sus ascendientes fue voluntario de las milicias nacionales de San Sebastián durante la primera guerra carlista. Puesto en comunicación por e-mail con él, me suministró amablemente este documento, que gracias a su colaboración y con su permiso, publico en este blog.
Transcripción de la misma.
MILICIA NACIONAL DE SAN SEBASTIÁN BATALLÓN DE ISABEL II.
----===OOO===----
El Nacional de la Compañía de Cazadores Pedro Paupe su edad
treinta y seis años su país Masperoe, Francia su calidad noble su
salud robusta sus servicios y circunstancias las que se expresan.
================================================
EMPEZÓ A SERVIR 6 de Octubre de 1833
EMPLEOS
----===OOO===----
Nacionales
HA SERVIDO 8 AÑOS 4 MESES 22 DÍAS
-------------------------------------------------------------------------------
Tiempo efectivo de servicio.......... 8 AÑOS 4 MESES 22 DÍAS
Cuerpos en donde ha servido
y cuanto en cada uno
-----------------------------------
En la Milicia Nacional de San Sebastián....... 8 AÑOS 4 MESES 22 DÍAS
Segun lo prevenido en el artículo 142 de la Ordenanza de la Milicia Nacional.....
Con arreglo al Decreto de Córtes Sancionado por S.M. en 15 de Agosto de 1837....
Con arreglo á la Real de 25 de Octubre de 1835 y declarar a de 27 Abril 1838 dobles
tiempo de Campaña hasta 31 de Agosto 1839....5 AÑOS 10 MESES 25 DÍAS
-------------------------------------------------------------------------------------------------------
Total hasta 28 de Febrero de 1842................14 AÑOS 3 MESES 17 DÍAS
============================================================
CAMPAÑAS Y ACCIONES DE GUERRA EN QUE SE HA HALLADO
----===OOO===----
De la cuarta compañía de este Batallón á que pertenecia á su
formacion pasó Voluntariamente á la de Cazadores, y con ella se halló
en las acciones siguientes: Año de 1833= el 17 de Noviembre en Hernani =
el 14 de Diciembre en Ataun = el 15 de id en Amezqueta = 1834 = el
22 de Enero en Andoain = el 21 de Diciembre en el puerto de la Herrera
é inmediaciones de San Sebastian = Año de 1835 = el 13 de Mayo en
las inmediaciones de Hernani = el 30 de Agosto en las inmediaciones de Hernani =
el 25 de Noviembre en sosten de la guarnición del fuerte de Arambarri frente
á esta plaza = en la defensa de ella bloqueada desde el mismo dia sitiada y
bombardeada en 6 de Diciembre haciendo un servicio continuado en la sección
de Cazadores que quedo en la misma por haber salido movilizada la Compañía
con la División hasta Vitoria, y habiendo regresado se agregó inmediatamente
á ella tambien en clase de movilizado = 1836 = el 10 de Febrero en que
saliendo la guarnición de la plaza se recuperó la primera linea de sitio
á las ordenes del General D. Fermin Iriarte = el 5 de Mayo en que se desalo
jó enemigo de sus tres lineas retrincheradas = el 28 del mismo en que se tomo
la parte de la izquierda y pueblos de Alza y Pasajes = el 6 y 9 de Junio
en Alza = el 1º de Octubre en Amezagaña = 1837 = Los dias 10,,12,,14,,15
y 16 de Marzo en la toma de Amezagaña, altos de Chimitegui, Chomin
goregui, venta de Oriamendi, y retirada desde las inmediaciones de Hernani
a las ordenes en todas del General D Lacy Ewans = el 14 de Mayo en
la toma por segunda vez de la venta del Oriamendi y de los pueblos fortificados
de Hernani y Urnieta á las ordenes del Excmo. Señor General en Gefe Esparte
ro y Regente del Reyno = ademas la compañia cubrió por espacio de ocho?
en que el puesto abanzado y arriesgado de ................ puente ... á la posición?
teniendo un continuo tiroteo con el enemigo que ocupaba la otra parte
de la ria á muy poca distancia = durante las ocurrencias del mes de Octubre
ultimo ha hecho el servicio frecuente y penoso que correspondio a la
Milicia. Disfruta de las condecoraciones concedidas, por la accion del 5 de
Mayo de 1836 ; Cruz sencilla de Isabel 2ª ; la de la toma de Irun el
17 de Mayo de 1837 ; y la que se dió a los Nacionales por su noble com
portamiento el mes de Octubre de 1841 = Ha manifestado siempre su decidida
adhesion á la justa causa de la Reyna Constitucional Dª Isabel 2ª, Libertades
Patrias y á la Regencia de S. A. S. el Duque de la Victoria observando
buena conducta sin que haya dado motivo de reconvencion, fue contuso en 24 de
novre de 1835, y herido el 21 de Diciembre de 1834; y le corresponde la Cruz de Movilizado.
D. Joaquin Yun Mayor del Batallon de la Milicia Nacional
de San Sebastian del que es Comandante D. José Maria de Saenz Yzquierdo.
Certifico que la precedente oja de servicios es copia literal de
la original que existe en la mayoria del Cuerpo. San Sebastian Veinte y ocho
de Febrero de mil ochocientos cuarenta y dos =
Una vez transcrito el texto, analicemos con mayor detenimiento las fechas en que Pedro Paupe vivió, en primera persona, la historia de nuestra ciudad
esos difíciles años.
La primera fecha importante es la de su movilización e incorporación al Batallón de Voluntarios de San Sebastián. Esta nos indica que Pedro se presentó el primer día en que el Ayuntamiento abrió las listas para que se apuntaran los voluntarios. En estas se aceptaron a todos varones inscritos, casados o solteros, con edades comprendidas entre los 18 y 55 años. Pedro tendría a la sazón 27 años, ya que cuando se expidió el documento que reproducimos, en el año 1842, este nos indica que contaba con 36 años de edad.
Se formaron cuatro compañías, cada una con un Capitán, dos Tenientes y dos Subtenientes. Había seis mandos superiores, y por encima de todos el primer Comandante D. Joaquín de Sagasti.
Se les armó solamente con 190 fusiles, todos los que se disponía en ese momento, buscando por otros medios poder armar al Batallón de manera rápida y completa. Se le dio el nombre de "Batallón de Isabel II", en honor de la Reina de España. Fue proclamada como tal, por primera vez en toda España, en la ciudad de San Sebastián. En efecto, nuestros antepasados donostiarras fueron los primeros en reconocerla como reina, a pesar del ambiente hostil que rodeaba nuestras murallas, a pesar de los elementos infiltrados intramuros que podían actuar en cualquier momento como quita columnistas, a pesar de todo, el Ayuntamiento demostró un excepcional valor con la proclama. Ya se sabía que Bilbao se había sublevado a favor del aspirante a rey, pero estas noticias solamente sirvieron para que nuestros antepasados se reafirmaran más en sus ideales.
El Batallón Isabel II permaneció defendiendo la ciudad de San Sebastián, pero el deseo de acciones y de vengar las injurias e insultos sufridos desde las filas de los carlistas, les lleva a la creación de una compañía especial. El Ayuntamiento comunicó el 17 de Noviembre de 1833 al Capitán General, que una nómina de individuos pertenecientes a este Batallón de Isabel II, de manera voluntaria, han formado una Compañía de Cazadores, para realizar las salidas que puedan ocurrir, sin desatender el servicio de la Plaza.
En la hoja de servicios de Pedro se puede leer que era uno de los voluntarios, ya que figuran acciones fuera de los muros de San Sebastián, los días 17 de Noviembre (victoria sobre los carlistas que estaban en Hernani, haciéndolos retroceder hasta Tolosa) y 14 y 15 de Diciembre (Acciones en Ataun y Amezqueta, a una distancia de aproximadamente 50 kilómetros de San Sebastián, en mitad de la provincia de Guipúzcoa).
El Capitán General Federico Castañón, al ser cambiado de destino, envió un comunicado el 11 de Enero de 1834 al secretario de Estado y Delegado de la Guerra en la que expresa:
"Sin descanso se ocupó el Ayuntamiento de alistar, formar compañías, armarlas, organizarlas y ya el día 10 de Octubre empezó a dar servicios el Batallón, formado comompor encanto, que tomó por sí el nombre de Isabel segunda, siendo quizá la primera fuerza que tuvo un apellido tan glorioso.
Los servicios de este Batallón son inapreciables; momentos ha habido en que ha cubierto todos los puestos de la Plaza. Hallándome en Tolosa, tuvo que hacer una expedición a Irún y aquel Batallón suplió las plazas que no podía cubrir la guarnición. Más tarde envió una Compañía entera a mis órdenes que tuvo la gloriosa ocasión de ser la que más parte tomó en la acción de Ataun; se encontró también en la de Hernani y Amezqueta y que recorriendo la provincia ha dado gran prueba de su disciplina y sufrimiento. (...)".
Podemos ver que la Compañía de voluntarios en la que se apuntó Pedro, vio acción de sobra en los últimos días del año 1833, marchando por territorios hostiles a la causa isabelina, como apoyo a las tropas regulares mandadas por el Capitán General de las Provincias Vascongadas, con enfrentamientos importantes, y el peligro constante a ser emboscados por alguna unidad del pretendiente.
Así entramos en el año 1835, en que el informe nos menciona dos fechas.
La primera es el 22 de Enero, que refleja una acción ocurrida cerca de San Sebastián, en Andoain. Se sabe por una petición a la Reina por parte de nuestro Ayuntamiento, que los voluntarios del Batallón Isabel II perdieron a un joven llamado José Navarro, que cayó prisionero de los carlistas exactamente el día 26, junto a dos soldados del Regimiento de Granaderos de San Fernando. No hubo piedad para el compañero de Compañía de Pedro, ya que fue fusilado a sangre fría dos días después. En esas fechas también perdieron a otro compañero. Este se llamaba Miguel Echave, quien resultó muerto por un disparo accidental de un arma.
Las guerras son muy crueles, pero si a esta característica tenemos que añadir que se trata de un enfrentamiento civil, las pasiones más oscuras afloran, campeando a sus anchas. Pongo estas líneas para matizar la crueldad del bando carlista, que fusiló sin compasión a este joven donostiarra. Estos fusilamientos eran muy comunes en ambos bandos. La I Guerra Carlista se caracterizó por la extrema crueldad en ambas facciones contra los prisioneros, llegando a tener que intervenir las potencias exteriores para intentar "humanizar" en lo posible la guerra. Como ilustración de lo dicho, muestro el bando del Marqués de Rodil, General en Jefe del Ejército del Norte de la Reina Isabel, es decir del mismo bando que Pedro, emitido el 5 de Agosto de 1834. En él se puede ver la dureza y crueldad que se quiere aplicar a todo desafecto con la causa de Isabel II.
El 21 de Diciembre es mencionado también en el informe. Ese día el Batallón tuvo que replegarse a San Sebastián, al encontrarse con fuerzas enemigas muy superiores en número. En esa retirada otro compañero, apellidado Zalacain, cae muerto, mientras que Pedro resulta herido, aunque logra llegar a la protección de las murallas de la Plaza. Los carlistas se van haciendo cada vez más fuertes alrededor de la ciudad. La situación se va haciendo cada vez más difícil.
El abastecimiento de la ciudad cada vez es más dificultoso, ya que los carlistas comienzan a castigar a los caseros que abastecen a los donostiarras. Hay una petición de ayuda al Ayuntamiento de unos hermanos apellidados Aguirre, que mientras recogían leña con sus bueyes fueron tomados presos por la partida carlista de un tal Manuel Ibero, quien los llevó hasta Oyarzun. Allí se quedaron sin bueyes y sin orejas, ya que se las cortaron como castigo, aunque tuvieron suerte de poder contarlo, ya que no les pasaron por las armas. Dentro de la ciudad, y en los pueblos vecinos, el miedo se apodera de todas las familias. Hay pánico a ser represaliados por uno u otro bando.
Las acciones de los voluntarios son muy conocidas públicamente, ya que han realizado más de veinte salidas en diversas acciones de guerra. Los muertos del Batallón ya suman un total de cuatro y el número de heridos ocho. De entre estos, Pedro se recuperó favorablemente para seguir sirviendo en sus filas.
Con la situación cada vez más complicada, se decreta el estado de sitio en las Provincias Vascas. La Milicia Urbana de San Sebastián, pasa a depender también del Capitán General, es decir, es completamente militarizada.
Ante la carestía de suministros, y especialmente de alimentos, los individuos del ejército que se encuentren en San Sebastián recibirán únicamente la mitad de la ración correspondiente. Únicamente se beneficiaran de raciones completas los que tengan que salir de la protección de sus muros, para participar en acciones.
El 13 de Mayo participó en un enfrentamiento cerca de Hernani. Este enclave, cercano a San Sebastián, está siempre en peligro de caer en manos carlistas. Nuevamente el 30 de Agosto participa en otro encontronazo en la misma zona.
El 10 de Julio llega el primer buque con soldados de la Legión Auxiliar Británica, como refuerzo para la defensa de San Sebastián.
Frente a la ciudad, en uno de los altos que rodean la ciudad, existía una casa fortificada llamada Fuerte Arambarri. Pedro estuvo defendiéndolo los días 24 y 25 de Noviembre, hasta que finalmente cayó en manos de las tropas carlistas el 5 de Diciembre de 1835. Toda la guarnición que se encontraba defendiéndola en ese momento cayó prisionera de los carlistas. Su suerte estaba decidida. Fueron pasados a cuchillo delante de las murallas de San Sebastián, como escarmiento por no rendirse, y como un nuevo intento de guerra psicológica, atemorizando a los defensores de la ciudad. Pedro se libró, seguramente, de haber caído prisionero en esta posición, a resultas de una contusión, sufrida el 24 de Noviembre, mientras la defendía. Hay veces que una herida puede salvarte la vida.
Hubo grandes críticas contra los mandos militares de San Sebastián, que no hicieron ningún intento por rescatarlos, aún cuando se entreveía el final tan terrible que iban a sufrir. Se dictaminaron varios ceses entre los mandos involucrados, y como se suele decir en estos casos, "pelillos a la mar".
A partir del 6 de Diciembre la ciudad de San Sebastián puede considerarse completamente bloqueada por tierra. Sufre continuos bombardeos de la artillería enemiga, que más que causar grandes destrozos, lo que logra es que la tensión dentro de sus muros sea enorme. Hay bajas, muertos civiles, etc, pero la determinación de permanecer en el bando isabelino es total.
El sitio se mantiene en el tiempo, y entramos así en 1836. La ciudad está más defendida que antes, ya que ha recibido numerosos refuerzos, por lo que ante el continuo bombardeo carlista desde las alturas cercanas, se prepara un asalto a las mismas.
Este ataque en el que participa Pedro, a las órdenes del General Fermín de Iriarte, se realizó el 10 y 11de Febrero, constituyendo un éxito rotundo de los liberales, ya que lograron poner en fuga a cerca de 1500 enemigos, apoderándose de las primeras líneas atrincheradas que bloqueaban San Sebastián. El avance no podía distanciarse mucho más territorialmente, ya que en el vecino pueblo de Hernani se asentaba una división carlista entera, con cerca de 5000 hombres. Los liberales se apoderaron del alto de San Bartolomé, y de toda la zona de los barrios extramurales de San Martín y Santa Catalina. El enemigo se situaba en la carretera de Hernani, y a la altura del convento de San Francisco, en la orilla opuesta del rio Urumea.
Hubo quejas sobre algunos desmanes cometidos por las tropas, robos de ganado, etc, pero lo más lamentable, aunque común en todos los momentos bélicos, es la quema de casas y propiedades, que al no poder mantenerse a salvo del enemigo, se destruyen evitando que este pueda utilizarlas. De esta forma se quemaron completamente los ya mencionados barrios, y se dañaron aún más las casas que estaban entre San Bartolomé y el camino real de Hernani, ya muy deterioradas durante la ocupación carlista.
En esta acción el Batallón sufrió un muerto, catorce heridos (otras fuentes hablan de once), y cinco prisioneros, cuyo final no está nada claro a sabiendas de cómo se las gastaban ambos bandos. En el acta municipal nº 31 del día 12, se indica que existe la certeza que aún siguen con vida dos de ellos, por lo que se intenta desde ese Ayuntamiento organizar un canje por un oficial carlista, preso en el castillo. Este intento no se logró realizar.
En las actas municipales se describe cual fue su participación, al comienzo de la acción:
La milicia nacional todavía sufre carencia de medios. El 3 de Marzo se decreta por el Ayuntamiento, que los dineros destinados para la subsistencia de varios presbíteros de la ciudad, que se habían pasado al otro bando, sean destinados para la confección de uniformes, ya que los voluntarios no se encuentran todavía correctamente uniformados. Sus uniformes ya están muy deteriorados por las acciones en que han participado, y muchos de sus miembros ni siquiera disponen del mismo.
Los siguientes meses la ciudad se ve considerablemente reforzada con la llegada de aproximadamente 3000 efectivos de la Legión Auxiliar Británica, que a las órdenes del General de Lacy Evans, tratan de desalojar a los sitiadores gracias a la acción del 5 de Mayo. La ciudad lanza una ofensiva general, en la que se atacan las líneas atrincheradas carlistas a pecho descubierto. A costa de grandísimas pérdidas se logra conquistar las posiciones enemigas, en parte gracias al bombardeo coordinado de los buques ingleses que se encontraban en la bahía de la Concha de San Sebastián. El número de muertos se eleva a 250, y el de heridos es elevadísimo. Los carlistas pierden también gran cantidad de hombres, entre los que destaca su general en jefe Sagastibeltza.
Medalla por la acción del 5 de Mayo de 1836.
Creada por Real Orden de 24 de Octubre de 1841.
Conmemora la victoria de las tropas españolas e inglesas bajo las órdenes del General Sir George de Lacy Evans.
Cuelga de una cinta amarilla con dos listas rojas, siendo de color plateado la que se dio a la tropa. En el anverso va grabada una cruz con cuatro brazos iguales, con una corona de laurel en el centro y cuatro en sus antebrazos. Estos están esmaltados en color azul para los oficiales. En el centro puede leerse "San Sebastián 5 de Mayo de 1836". Al dorso "España Agradecida", y en el centro un león parado rodeado por el collar del toisón.
La ciudad tiene que ayudar con los heridos, y todos los alrededores presentaran un aspecto horroroso los siguientes días, hasta que se logran retirar al gran número de muertos que yacían desperdigados por las campas y colinas. En estas duras y desagradables labores se emplearon tres días, dato que refleja claramente las escenas que se podrían observar en las cercanías de San Sebastián.
Los liberales han logrado levantar gran parte del bloqueo, y la ciudad se siente más aliviada.
Pero la tranquilidad iba a durar poco, ya que se prepara una segunda ofensiva rápidamente. En esta se cruzaría el rio Urumea, y se intentaría conquistar la vecina población de Alza y el importantísimo puerto de Pasajes.
Las tropas tienen que cruzar el rio con el agua hasta el pecho, ya que el puente había sido destruido, y nuevamente con el apoyo de la artillería naval, logran sus objetivos. Las columnas de tropas españolas e inglesas son guiadas, en cabeza, por seis cazadores de la Milicia Nacional de San Sebastián. ¿Sería uno de ellos Pedro?. Todo esto se realizó el día 28 de Mayo.
La población de Alza era una posición muy incómoda para los carlistas, ya que se adentraba como una cuña dentro de sus líneas. Los liberales la fortificaron sabiendo esto, y la defendieron con un contingente elevado de tropas, entre las que se encontraba en algunas ocasiones Pedro. Aquí se combatía junto a las casacas rojas británicas, con los que solía haber muchos problemas de convivencia. Eran tropas bastante problemáticas, ya que su reclutamiento se había realizado entre las clases más bajas y desfavorecidas de Gran Bretaña. Hay peleas y disputas, pero afortunadamente "la sangre no llegará al rio" siempre.
El día 6 de Junio, sólo dos semanas después de haberse apoderado de esta población, inesperadamente sufren un ataque masivo por parte de los carlistas al mando del General Eguía. Este realizó un primer ataquecontra los altos de Ametza, para inmediatamente cambiar la dirección del mismo e incidir directamente sobre Alza. Sorprendidos por la potencia del ataque, el primer Regimiento Británico se ve superado, teniendo que ser ayudado por las tropas españolas. Incluso el Brigadier británico Chichester estuvo a punto de caer prisionero de los carlistas. Ese día se estima que las bajas de los carlistas llegaron a los 113 muertos y 480 heridos, mientras que los liberales sufrieron 40 fallecidos y unos 150 heridos.
El año transcurre con acciones esporádicas hasta que llega el mes de Octubre. El día 1, hay un nuevo ataque sobre Alza, en el que se ve implicado nuestro Pedro Paupe. Los carlistas avanzan contra la población, llegando a tener al alcance de sus disparos las baterías artilleras británicas que lo defendían. Cayeron casi todos los artilleros en sus puestos, teniendo que ser manejadas las piezas por los soldados de infantería. La lucha fue cruenta, despiadada, y el número de muertos aterrador. Los partidarios de Don Carlos perdieron 1200 hombres, mientras que los británicos y españoles no menos de 500. El propio General Lacy Evans recibió una herida en la oreja, y su caballo resultó herido de gravedad. Pedro se encuentra en el alto de Amezagaña, cerca de esa población. Una posición que hay que defender como parte del dispositivo de defensa de Alza, ya que su conquista la haría más vulnerable.
En una de estas acciones en Alza, una de las bajas de los Cazadores de la Milicia Nacional es un joven de una conocida familia donostiarra. Se trata del hijo de Santesteban, de quien oiremos hablar más adelante.
Durante el año 1837 ocurrieron dos acciones militares de envergadura. Una en el mes de Marzo, y la siguiente en Mayo. La primera favorable para el bando carlista, la segunda para los liberales. En la hoja de servicios de Pedro Paupe, se nos indica que estuvo presente en ambas. Estas dos acciones son las más importantes desarrolladas en este territorio, por sus consecuencias políticas y militares. Veámoslas más detalladamente.
En Marzo, las tropas liberales presentes en San Sebastián y alrededores siguen recibiendo refuerzos hasta alcanzar los 28 batallones, todos ellos bajo el mando del General británico Sir George de Lacy Evans, El avance de todas estas tropas, en coordinación con los efectivos liberales presentes en Bilbao, 35 batallones al mando del General Espartero, Álava con 12 batallones a las órdenes de Alaix, y con los 19 al mando de Sarsfield, en Navarra, forma parte de una ofensiva general coordinada, encaminada a derrotar completamente a las tropas rebeldes presentes en el territorio vasco. Pero Espartero no puede avanzar, lo mimo que los contingentes navarros y alaveses, por lo que los regimientos presentes en San Sebastián se quedan solos ante el enemigo.
La ofensiva comienza bien, con la toma de Amezagaña, el alto de Chimistegui, Chomingoregui y la venta de Oriamendi, tal como indica la hoja de servicios de Pedro. Todo parece indicar que la victoria va a ser total. Las bajas son mínimas, ya que por ejemplo en la toma de Chimistegui solamente hay dos heridos.
Pero la repentina llegada del Infante Don Sebastián con tropas carlistas de reserva hace que las tornas cambien radicalmente. El gran enfrentamiento comienza en Hernani, cuando la población parecía estar a punto de caer en manos de los liberales. Estos comienzan a retroceder de manera desordenada. Los muertos se van acumulando en las campas y son abandonados por sus compañeros. Lo mismo pasa con los heridos. Como es habitual, los británicos y los txapelgorris, entre los que incluyo a los voluntarios del batallón Isabel I, son inmisericordemente rematados. No hay piedad para ellos. El pánico se apodera de todo el mundo. Hay cantidad de civiles donostiarras, que se habían encaramado en lo alto de las colinas circundantes a San Sebastián, para presenciar lo que creían que iba a ser una victoria aplastante. Un gran espectáculo que no podían perderse. Todos huyen despavoridos a buscar la protección de las murallas donostiarras.
En el diario del Coronel carlista Joaquín Julián Alzaá, este nos indica que en el combate del día 15, las bajas del enemigo, es decir, de los liberales donde militaba Pedro, supera los 2000 hombres entre muertos y heridos. Las carlistas rondan los 200 hombres. Las bajas del día 16 también son enormes. La derrota de las tropas liberales es completa, total.
Esta ha sido la mayor batalla desarrollada en esta guerra. Es la acción militar más importante. La de mayor envergadura y una de las más sangrientas. Es curioso lo que los carlistas encontraron entre los muertos liberales. Se trata de una partitura musical abandonada, compuesta por el donostiarra Santesteban, organista de la basílica de Santa María, de San Sebastián, en honor a la victoria aplastante que se iba a lograr contra los carlistas. Estos, una vez en su poder, la adoptaron como su marcha triunfal. Se convirtió en el himno carlista, universalmente conocido como "Marcha de Oriamendi".
Los heridos que se produjeron fueron tantos, que se tuvo que habilitar la iglesia de San Vicente, dentro de la ciudad, como hospital de campaña. La mortandad de estos fue enorme, ya que las heridas que sufrieron, en combinación con una epidemia que se estaba sufriendo entre las tropas liberales, durante casi todo el año, hace que su número ascienda de manera impresionante y preocupante.
Pedro escapó ileso de este desastre. Pudo llegar al amparo de las murallas, como tantos otros, gracias a la infantería y artillería de la Marina Real Británica, que logró mantener a los carlistas a raya el tiempo suficiente.
Los liberales se curan de sus heridas rápido. Por su parte, los carlistas debilitan sus efectivos notablemente, ya que organizan una nueva ofensiva contra el centro de España, más exactamente contra Madrid. Estos factores hacen que se intente un nuevo ataque liberal en el mes de Mayo. El día 10 de este mes llega a San Sebastián el mismísimo General Espartero, a la cabeza de numerosos refuerzos procedentes de Bilbao. Los efectivos con los que contaba, según las notas de Henry Wilkinson, ascendían a no menos de 32.000 hombres.
La ofensiva se desarrolló apuntando hacia dos objetivos. El primero a las órdenes de Evans conquistaría Hernani. Nuevamente los británicos pisaban el terreno que habían regado con su sangre dos meses atrás. Todo se desarrolló sin problemas. El segundo objetivo era la conquista de toda la costa, hasta Francia, también conseguido, con la toma de Irún el día 16 de Mayo.
Pedro estuvo entre los hombres que participaron en este segundo objetivo. Entre sus condecoraciones estaba la medalla por la toma de Irún, como queda reflejado en su hoja de servicios. En este documento, también se especifica que estuvo implicado en una acción muy peligrosa. No puede leerse correctamente por los estragos sufridos por la hoja, a consecuencia del paso de los años, que han deteriorado estas líneas, pero es muy probable que se trate de la acción ocurrida en el puente de Capuchinos, cerca de Fuenterrabía. En este puente el enfrentamiento fue muy sangriento. La lucha que vieron sus viejas maderas, ya que se trataba de un puente pequeño, fue en muchas ocasiones cuerpo a cuerpo.
Medalla de Irún.
Concedida por la Reina Gobernadora mediante Real Decreto de 13 de Junio de 1837 a las tropas españolas y de la Legión Auxiliar Británica (L.A.B.) que participaron en la toma del parque y pueblo fortificado de Irún.
La cinta es de color negro con cantos en rojo. La medalla representada es de color dorado, para oficiales, mientras que para la tropa se concedió en color plata. Tiene un castillo tras el que se ve una espada de color rojo. Todo ello se encuentra rodeado por una corona de laurel en esmalte verde, y el nombre "Irún" sobre una cinta azul. Al dorso hay otra corona de laurel idéntica y la fecha "17 de Mayo de 1837" en letras negras.
A partir de estas fechas, las acciones carlistas van disminuyendo en intensidad y número. Solamente es destacable la acontecida el 14 de Septiembre de 1837, en la que el 5º Regimiento español huyó de manera vergonzosa, teniendo que ser rechazados los carlistas por las tropas escocesas y los txapelgorris.
Los voluntarios liberales han visto y sufrido más que ningún otro combatiente. No es lo mismo desarrollar el "arte" de la guerra en un territorio que no es el tuyo. No se sufre tanto al ver las casas ajenas ardiendo. A los paisanos anónimos huyendo, sufriendo, a sus mujeres y niños llorando. Los nacionales vieron como todo esto ocurría entre sus vecinos, entre sus amigos y conocidos. Vieron como los barrios y pueblos que conocían, las casas entre las que habían crecido y jugado, eran destruidas inexorablemente por la guerra. Eso tiene que ser muy duro.
El 4 de Septiembre de 1839 se firmó la paz mediante el llamado "Abrazo de Vergara", entre los generales Maroto y Espartero. A partir de este momento, solamente partidas dispersas y aisladas de carlistas inquietan nuestras tierras. La más importante será la capitaneada por un tal Balmaseda, que obliga a las milicias de San Sebastián a desarrollar continuas labores de patrulla y vigilancia, sobre todo por las comarcas cercanas de Andoain. Una vez disuelta esta partida facciosa en Francia, la Primera Guerra Carlista ya no se azotará más nuestras provincias.
El 12 de Julio de 1840 se levanta el estado de guerra en Navarra y las provincias vascongadas.
Pedro Paupe emigró a hacer la Américas, llegando a Caracas, Venezuela. Logró hacer fortuna, se enamoró, se casó, y tuvo como descendencia única a una hermosa niña. Un descendiente de esta, Jesse Ruiz Moreno, es quien se puso amablemente en contacto conmigo desde esas lejanas tierras, al otro lado del Océano Atlántico, y gracias a su amabilidad, me facilitó la hoja de servicios de este voluntario liberal donostiarra.
Las medallas concedidas a este donostiarra, reflejadas en su hoja de servicios, desaparecieron "misteriosamente" durante un vuelo de Iberia que unía Madrid y Caracas, en la década de los setenta.
Estamos ante un documento inédito, desconocido dentro de nuestra pequeña pero gran historia donostiarra. Ante un sucio y viejo papel, que guarda los sufrimientos y aventuras de un paisano, de un vecino que se codeó, seguramente, con nuestros familiares. Muchos de nuestros antepasados vivieron y sufrieron estos mismos acontecimientos. Unos de manera más suave, otros, quizás, más dramáticamente. Son vivencias que han servido para ser lo que actualmente somos. Que han forjado nuestra gran historia general, influyendo en gran medida en las pequeñas historias particulares, de cada una de nuestras familias.
Espero que gracias a este pequeño y humilde estudio, Pedro y sus compañeros, salgan un poco más de la oscuridad con la que los años van enterrando a las personas que nos precedieron, y a sus vivencias.
Fdo. JOSÉ MARÍA LECLERCQ SÁIZ